Opinión

Cambios de maquillaje

Jesús Peraza Menéndez

El año pasado asistí a un foro efectuado en el local del Sindicato de Telefonistas, un encuentro regional campesino. Quienes me invitaron eran entonces organizadores de diversas luchas de recuperación de tierras, de derechos ejidales, de género, de proyectos productivos, gestores de tradición no libres de vicios antiguos pero en lo que cabe, no eran incondicionales de las autoridades con los terratenientes y empresarios agroindustriales como los de la granjas porcícolas, las plantaciones, los proyectos empresariales de energías eólica y solar, entre otros.

Bueno, acabo de asistir este sábado 12 de abril al homenaje a Emiliano Zapata, en el que llegaron los viejos gestores que ahora son funcionarios de las instituciones agropecuarias y ellos mismos son los ponentes del encuentro y las autoridades a las que demandan, son del Barzón, UNT, UNORCA y una infinidad de siglas que es una sopa de letras, cada “santo tiene su capilla”.

Aplaudieron someramente a MORENA cuyo líder apareció con el gestor del PRD Tonatiuh Villanueva, que forma parte del gobierno panisto-perredista, el gobierno de AMLO está representado en Yucatán por panistas como Huacho Díaz y Xavier Abreu, o en la central de trabajadores UNT el líder telefonista se eternizó Hernández Juárez, como lo hicieron sus predecesores cetemistas con Fidel Velázquez o Elba Esther Gordillo en el SNTE, se llama “política de doble cara”.

Sucedía este encuentro mientras AMLO discutía el proyecto urbano-comercial-servicios y militar en una visita, en la que no hubo la más mínima alusión a las injusticia en la que habitan bajo la presión de desarrolladores agroindustriales, turísticos, residencial-urbanos.

No se abordó la concentración de la propiedad en trasnacionales monopólicas, como la de Carlos Slim, o los hijos de Donald Trump, o de Roberto Hernández, ni se menciona por qué Carlos Slim es el dueño de Telmex, cuyo sindicato de telefonistas es la sede del encuentro campesino.

Junto a mí Marcelina, una trabajadora maya que parecía sacada de la película Roma, de Cuarón. Como es sábado dejó la casa en el Country Club donde es trabajadora doméstica y es parte de una comunidad cuyas tierras han sido invadidas bajo la corrupción del comisario, el presidente municipal. Está contenta porque mañana será domingo y no tienen que volver al trabajo, puede ir al pueblo y asistir a la asamblea con quienes han protestado por el despojo de tierras, de cenotes, de reductos de bosques. No imagina que pasa cada día por Chablekal para ir a su trabajo y que estos mayas han dado la lucha con Indignación, una pequeña organización, para que no sea entregada la reserva comunitaria a propietarios privados que ahora han sido dados de alta en la lista de ejidatarios con plenos derechos para votar en asamblea, gracias al comisario que compró a una parte que dio el voto para incorporarlos y venderles el territorio comunal que no es enajenable.

Los funcionarios de MORENA, de Línea Proletaria, del PRD, se aplauden entre ellos, son parte de un largo e inacabable discurso de corrupción e impunidad, en el que ahora se regocijan ofreciéndonos verdades contundentes en las que no pueden hacer nada y tienen toda la razón, son el gobierno de la 4ª Transformación que se ha vertido en una transición conservadora resignada que perdona el saqueo, el despojo, la represión, la persecución, el desprecio de género, que condena el aborto, las uniones amorosas de distintas opciones sexuales, aunque se enfrenta a la más criminal fracción neoliberal que es la que se ha quedado con los bienes de la nación, la renta pública porque el presidente cumplidamente pagará los compromisos de deudas fraudulentas, desfalcos con el de Fobaproa, el robo franco de los recursos del gobierno en todos los estados. Ha descubierto el presidente AMLO que roban el petróleo, la gasolina con un sistema técnicamente desarrollado de 47 mil tomas o más clandestinas que abastecen gasolineras de políticos, empresarios billonarios o que los bancos cobran ilegalmente por los menos 13 comisiones en las operaciones de los pequeños, medianos usuarios de los bancos, que la radio y la televisión públicas fueron reducidas y usadas por el monopolio Televisa, una verdad detrás de la otra, los gestores ya resolvieron sus problema son empleados del gobierno federal con AMLO, o del Gobierno del Estado, y su tarea es contener la luchas y causas justas con apoyos económicos mediante tarjetas que evitan la mediación de los burócratas que saquearon al pueblo y lo mantienen en condiciones de pobreza y hambre.

En todo esto, las trabajadoras con los trabajadores deben decidir qué les conviene para su vida del gobierno de AMLO sin esperar la Revolución, prepararse en la transición conservadora para organizar otra cultura que no los llame a sacrificar su condición humana, seguir su instinto e intuición política como en Kinchil, Homún, Chablekal, las distintas comunidades de pescadores en El Cuyo, Río Lagartos, San Felipe, Chelem, Chabiháu, esto implica a la izquierda más allá del conformismo resignado del apoyo al socialismo campesino, en un solo municipio lejano de la selva que se salva por cuenta propia con sus vínculos internacionales que compran su café ni del conservadurismo académico pequeño burgués dialéctico de tira líneas. Si imagino que es una sociedad humanamente superior, en la que todo privilegio racial, toda forma injusta, toda opresión institucional deja de existir para poner en centro Ser-humanos. Con un saludo fraternal.