Jorge Lara Rivera
El martes 2 de abril (Día Internacional del Libro Infantil y Juvenil, en honor al natalicio del escritor danés Hans Christian Andersen) se cumplieron 6 meses de la desaparición y muerte violentas del periodista saudí Jamaal Kashoggi en el consulado de Arabia Saudita en Estambul, Turquía, cuando Europa y Estados Unidos buscan dejar atrás las complicaciones generadas por tamañas atrocidades en sus relaciones bilaterales con el rico Reino del Desierto, y que no interfieran en sus agendas de negocios –especialmente tras lo ocurrido a Canadá que osó criticar a la Casa Real de ese país, principal comprador de armas del Oriente Medio.
Acaecido en octubre 2 de 2018 y reconocido por el gobierno saudita el 18 del mismo mes y año, el hecho dinamitó los esfuerzos del príncipe heredero Mohamed Bin Salmán, hombre fuerte del reino árabe quien a través de reformas sociales inopinadas en ese país musulmán, intentaba crear una imagen moderada de su rígido país. No obstante la consternación internacional que por su brutalidad suscitara, en buena medida alimentada por los detalles escabrosos que el régimen turco filtró (revelando por otra parte el espionaje de Ankara a la sede diplomática saudí), constante, a los medios, más allá de prohibir la entrada a Estados Unidos, el Reino Unido y la Unión Europea encabezada por Alemania a los 17 implicados (México anunció una medida semejante a la norteamericana), las consecuencias en el extranjero han sido pocas.
Se entiende: el reino wahabí es considerado por los expertos en materia petrolera “equivalente a la reserva federal estadounidense” en la economía global, por su influencia en la OPEP. Por sobre los reclamos de congresistas norteamericanos exigiendo la aplicación de leyes protectoras de derechos humanos, el propio gobierno de Estados Unidos tuvo que definir sin ambages su postura mediante el comunicado “America First” del presidente Donald Trump, en el sentido de preservar a cualquier costo su alianza con Ryad, con miras a beneficiarse de los contratos milmillonarios por venta de armamento a ese país –el principal comprador de armas en Oriente Medio– y de las inversiones por más de 400 mil millones de dólares de tal nación que crearán empleos en la Unión Americana.
Jamal Kashoggi, otrora gerente general de Al Arab Media Group, un importante grupo mediático del país árabe, y ex colaborador de los diarios ‘Al Hayat’ que se imprime en Londres, y de ‘Al Watan’, aunque por su relación sentimental visitaba constantemente Turquía, era refugiado en Estados Unidos desde 2017, luego de la ola represora desatada contra opositores y críticos a la monarquía la cual encarceló a ‘blogeros’ lo mismo que a clérigos musulmanes, economistas, feministas y activistas defensores de los derechos humanos.
El asesinato del columnista, de 60 años, de ‘The Washington Post’, crítico constante del príncipe heredero y sin embargo cercano a la Casa Real, fue conocido en octubre 7 a través del ‘Post’ y ‘CNN’, 5 días luego de su desaparición. La versión del furioso gobierno turco agraviado por la violación de su territorio por un comando enviado refiere, con apoyos en audios que obran en su poder, que se empleó para ejecutarlo a un equipo de hasta 15 personas enviadas por Ryad con tan avieso fin, cuyo arribo y salida de Turquía coincidió con la cita de aquél en la sede diplomática, adonde acudió para tramitar papeles relacionados con su divorcio, necesarios para contraer matrimonio con una ciudadana turca, sin que se le volviera a ver. El costo al interior del gobierno del rey Salman Ben Abdelaziz al Saúd: el malogrado foro ‘Future Investment Initiative’ (el llamado Davos del Desierto) desairado por celebridades del mundo empresarial global y mandatarios y economistas de renombre mundial; el despido de 5 altos funcionarios: Saud al-Qahtani, asesor del príncipe heredero, y del mayor general Ahmed al-Assiri, Jefe de Inteligencia adjunto, la destitución de 3 altos funcionarios militares (el general de división Mohammed bin Saleh al-Rumani, jefe asistente de la Dirección de Inteligencia; el mayor general Abdullah bin Khalifa al-Shaya, jefe de Inteligencia General para Recursos Humanos; y el general Rashad bin Hamed al-Mohammad, director de la Dirección General de Seguridad y Protección) y el arresto de18 ciudadanos sauditas. Asimismo el accidente automovilístico en el que pereció el coronel de la fuerza aérea real saudita Mashal Saad al-Bostani, de 31 años, quien participó en el comando ejecutor, y temores por la vida del cónsul Mohammad al-Otaibi quien intentó oponerse al asesinato.
Pese al desconsuelo mostrado a ‘TV France 24’ por Hatice Cengiz, la novia turca prematuramente viuda del periodista, personal de ‘The Washington Post’ ha informado que acorde con “la práctica tradicional de apoyo financiero a las víctimas de delitos violentos o desastres naturales” que forma parte de las costumbres de la cultura saudita, cada uno de los 4 hijos (2 varones y 2 mujeres) del primer matrimonio de Kashoggi ha recibido casa de 1 millón de dólares en Yeda, y pagos mensuales de cientos de miles de dólares; compensaciones aprobadas a fines de 2018 por el príncipe heredero que sumarán decenas de millones de dólares para cuando termine el juicio.