Alvaro Cepeda Neri
Ex Libris
I.- Así como es indispensable leer y releer a Tucídides y su Guerra del Peloponeso, por ser un magnífico tratado de teoría y praxis política de las dos caras de la moneda: democracia directa y democracia representativa por elección y sorteo; así también hay que zambullirse en las páginas de los doce césares que derrocaron a la República de Roma e implantaron la autocracia, cuyas biografías rescató nada menos que el gran historiador Seutonio, con su gran investigación recopilada en: Vidas de los Césares. Y también adentrarse en el reciente libro de Régis F. Martín: Los doce césares. El de Seutonio traducido magníficamente por Vicente Picón. El de Martín por José Miguel Parra Ortiz. Este del francés, el otro del latín. Seutonio, asimismo autor de los Anales e Historias de Cornelio Tácito (cuatro tomos en editorial Gredos, traducidos por la maestría de José L. Moralejo). A lo que voy es al guión cinematográfico del genial escritor, novelista, ensayista y crítico político: Gore Vidal, el cual permitió el filme: Calígula, con Peter O’Toole. Y es que nuevamente aparecen en la escena, tanto pública como privada, los Calígulas despóticos y sanguinarios.
II.- Son todos esos dictadores, bufones malvados, perversos enloquecidos y rateros criminales que regresaron a la escena, no pocas veces tras golpes de Estado, con apoyo de sus incondicionales; entre ellos encontramos a Hitler y Mussolini, Pinochet, Victoriano Huerta… y actualmente Kim Jong-un; el norcoreano que está a punto de un ataque y contraataque nuclear que puede destruir Japón y las dos Coreas, si es secundado, como parece, por ese otro Calígula de Trump, comparado con el porquero de Diocleciano, otro emperador cesarista, no incluido entre los doce del cesarismo: César, Augusto, Tiberio, Calígula, Claudio, Nerón, Galba, Otón, Vitelio, Vaspasiano, Tito y Domiciano. Cayo Julio César Augusto Germánico, alias Calígula, es la novela-guión de Gore Vidal –autor también de: Washington, Lincoln–. Sus diálogos nos cuentan que es una biografía escrita para un filme; son las perversidades de quien, como Peña, nombró a su caballo senador; y el mexiquense a sus secretarios del despacho presidencial, a sus diputados y senadores, salidos de su cuadra, más que de caballos… de asnos. Lo que es peor que Calígula, el monstruo que designó a su caballo “incitato”, senador y cónsul.
III.- Calígula fue el tercer emperador del Imperio romano y miembro de la dinastía Julio-Claudia, instituida por Augusto; hijo de Germánico y Agripina, y gobernó al imperio romano casi cuatro años, hasta que mereció ser asesinado con la espada sobre su garganta y puñaladas en sus genitales. Gore Vidal radicaliza su análisis: “He escrito un guión sobre uno de los hombres más sorprendentes y malvados que hayan existido jamás: el emperador Calígula, considerado un verdadero monstruo”. Los datos referentes a Gore Vidal son de la autoría de Eric Mottram y Malcon Bradbury (en el Diccionario de Literatura anglosajona, de Alianza editorial). Así que debemos dejar en claro que hoy que tenemos nuevos Calígulas –y sin lugar a dudas, peores en sus perversiones–, nada como darse a la lectura de este guión que se devora como una novela, para conocer a un tirano y sus perversidades políticas. Y más ahora que tenemos a ese norcoreano y a ese estadounidense que constantemente están provocándose, hasta que cualquiera de los dos logre escenificar una guerra nuclear, solamente por la locura de ver cuál de ellos es más Calígula.
Ficha bibliográfica:
Autor: Gore Vidal
Título: Calígula
Editorial: Grijalbo
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