Opinión

Siguen faltando medicinas y vacunas para el pueblo

Alvaro Cepeda NeriConjeturas

 

I.- La corrupción tiene muchas caras. Una de ellas es la que este régimen morenista heredó del régimen priísta-panista-perredista. Otra es la que ahora asoma la cabeza con la falta de medicinas y vacunas en los servicios públicos de ISSSTE y del IMSS, como en otros centros de salud del mismo sistema. Ciertamente no se ha resuelto por estar desterrando la corrupción de los Peña, Calderón y Fox... y Zedillo y Salinas, todos ellos con sus Rosarios Robles, sus Javier Duarte y demás cómplices que saquearon a esas instituciones, pervirtiendo sus objetivos. Aunque eso no justifica que ahora la Nación carezca de los necesarios medicamentos, cuyo pueblo tiene derecho individual y colectivo a recibir atención médica. También hay carencia de médicos, quienes no tienen lo mínimo para atender a los enfermos. Además, los niños no reciben sus dosis de vacunación, porque el gobierno federal tampoco ha logrado contratar la entrega, porque persisten las tareas anticorrupción que los actuales funcionarios no han querido solucionar.

II.- Con esta práctica también están incurriendo en otra modalidad de la corrupción: dejar sin medicinas y vacunas al pueblo que esperaba respuestas sobre la marcha que simultáneamente acabara con ese mal, pero sin poner en su lugar otro mal. Es el nuestro un pueblo mayoritariamente enfermo y busca en las instituciones públicas el servicio médico que lo alivie. Este, empero, está pasando por una crisis al no atenderlos por la falta de lo más elemental; y los gobernantes sólo se justifican. Empero, a casi un año con todo el triunfalismo por el primer informe, no pueden, porque no quieren, solucionar los problemas tan indispensables, entre los que se encuentra la falta de medicamentos y vacunas. Difícil ha sido este período lópezobradorista para esos mexicanos que se cuentan por millones, afiliados o no, que dejaron de recibir una completa atención médica. Es, pues, un desastre social que no haya medicinas y una tragedia nacional que los niños no sean vacunados, lo que anuncia daños irreversibles.

III.- Es de tal envergadura el problema que significa el desabasto de medicinas y vacunas, que tiene a la Nación sumida en un drama colectivo y sus integrantes, es decir, las familias afectadas, padecen física y emocionalmente, porque están, como nunca, marginados esperando que los funcionarios federales resuelvan una situación que es de vida o muerte. El pueblo necesitado de aliviar sus enfermedades no encuentra una explicación del porqué en sus centros de salud haya tal escasez de medicinas y vacunas; y que esgrimiendo el pretexto de combatir la corrupción, tengan enfrente otra corrupción. Lo que representa que sean doblemente víctimas: de sus enfermedades y sus gobernantes, quienes bien sabían que los enfermos no pueden esperar ni un minuto y han esperado casi un año sin que se vea que las instituciones de salud cumplan con sus tareas. Es más que una infamia lo que viven esos mexicanos urgidos, con sus hijos, de vacunas y medicinas. Se trata de una ineficacia que para muchos representa la muerte.

cepedaneri@prodigy.net.mx