Jorge Lara Rivera
Sin conceder credibilidad a la interesada rebelión ultraconservadora que en octubre desató el arzobispo Carlo María Viganò, ex Nuncio del Edo. Vaticano en Washington (2011 a 2016) con respaldo del arzobispo Jean-François Lantheaume, ex asesor de esa legación papal, exhibiendo el doble discurso de Jorge Mario Bergoglio Sívori (alias Francisco) de cara a los escandalosos casos de pederastia, abusos sexuales, su encubrimiento, así como de prácticas reñidas con la “abstinencia y castidad”, perpetrados por integrantes del clero y sus jerarcas; exacerbada luego con supuesta timoratez por Josef Razinger –alias Benedicto XVI (a su vez presunto amante del arzobispo alemán Georg Gaensweing, por él mismo consagrado, quien fue su Srio. Particular y para quien consiguió que continuara dirigiendo la Casa Pontificia de Francisco, según “Sodoma: Poder y escándalo en el Vaticano”, libro de Frédéric Martel)– manifiesta en su reduccionista epístola, de cualquier modo tardía, culpando de todo a la revolución sexual de los ‘60s; minimizar la magnitud de la plaga que infecta al personal de las congregaciones ha servido de poco o nada.
El escabroso asunto, tema en varios libros denunciado y atribuida su expansión y persistencia al mal de origen el cual ubican en la mismísima Santa Sede (“80% del total de sacerdotes son homosexuales”), volvió estos días a ganar los titulares en medios internacionales.
Así, el 17 de los corrientes los abogados del cardenal George Pell –el de mayor rango de la Iglesia Católica (3º luego del Papa y del Srio. de Edo. del Vaticano) culpable de pederastia y encubrimiento– presentaron un último recurso de apelación contra su condena (agosto 21) de 6 años de prisión por 5 cargos de abuso sexual contra 2 menores del coro de la catedral de St. Patrick’s, en Melbourne, perpetrados en 1996 y 1997, ante el Tribunal Superior de Australia que resolverá si lo admite a trámite o no. El patético gesto del cardenal, quien no teniendo ya nada que perder (sólo podría pedir libertad condicional hasta 2022), intenta conseguir impunidad revirtiendo el fallo tras largo y complicado litigio que atrajo atención mundial por su alto rango.
Y resulta que el 19 se supo que en el llamado Seminario Menor de Roma, dependiente directamente de la Santa Sede, se han iniciado investigaciones por fundadas denuncias de abuso sexual cometidas por un sacerdote que durante mucho tiempo fue encubierto por su superior, el director del instituto, su obispo y 2 cardenales muy cercanos al Papa Francisco, quienes validos del cargo impidieron que se tomasen medidas y trataron de silenciar a las víctimas lo que constituye delito.
Los crímenes fueron cometidos antes del pontificado de Francisco, pero existen pruebas de que fue enterado del caso y su manejo resultó entonces y ahora, tibio, por decir lo menos. Bajo nuevas leyes eclesiales impulsadas por el Pontífice es posible procesar civilmente a los clérigos aun si el delito hubiese prescrito.
El 21, sin entrar en detalles, la Arquidiócesis de Panamá informó que tras una investigación iniciada un mes antes, dispuso separar de sus funciones a 3 sacerdotes –de quienes no proporcionó nombres ni parroquias– por “conducta inapropiada y escandalosa” relacionada con pagar por favores sexuales, a fin de “restablecer la justicia, procurar la conversión del clero y reparar el escándalo causado”, y aseguró que no hubo menores afectados, ni emprendió acciones legales contra los curas, aunque el arzobispo de Panamá, Domingo José Ulloa, twiteó que se ha iniciado una investigación canónica.
Ha sido el resultado de la divulgación en redes por ‘MenteClara’ de un video que muestra a un venezolano quien confiesa haber recibido pagos por favores sexuales al párroco de ‘Cristo Hijo de Dios’, en Samaria, distrito de Sn. Miguelito, Rogelio Topin y los sacerdotes Karl Madrid y Orlando Rivera. El video muestra su encuentro con uno de ellos: a Topin recoger en su auto al individuo, se escucha la conversación erótica que sostienen hasta llegar a un lugar de citas, así como de regreso su charla sobre relaciones íntimas con otros curas panameños, encuentros previos y futuros; al padre Topin hablando de su papel en la Jornada Mundial de la Juventud; igual enseña mensajes de texto del hombre con otros sacerdotes organizando otros encuentros fuera de la capital.
Hay un audio entre una persona no identificada quien ofrece un menor nicaragüense a Topin (“tiene 16 años, pero está guapísimo, cuando te recuperes de la presión hacemos una cita con él”, expresa la persona, a lo que el padre le responde: “Perfecto, confío en ti”). Sexo consensuado entre adultos, a no ser por la proposición de alguien a uno para un encuentro con el jovencito.
Tan malas noticias para el Papa son telón de fondo de la abierta insumisión de los obispos alemanes partícipes de un sínodo, pese a la carta papal que les recuerda que es el Vaticano quien establece la moral de la Iglesia. Es claro que la reiteración y la reincidencia de estas criminales conductas están vinculadas directamente a la antinaturaleza de la regla de “celibato” y “castidad” (excepto a los maronitas y siriacos), pero también con la omisión de las autoridades clericales ante la comisión de las mismas.