Opinión

Muy mala idea es la de cancelar la esperanza

María Teresa Jardí

En un mundo convertido en infierno para millones de personas para que unos cuantos privilegiados hayan podido soñar que vivían en el paraíso. En un planeta cuya naturaleza nos está diciendo que ya basta de depredación y de barbarie. En un continente que no ha dejado de estar colonizado y en un país con un pueblo tan agraviado es muy mala idea, desastrosa idea, la de cancelar la esperanza. Es incomprensible que AMLO haya recibido en el Palacio Nacional a los LeBaron, que sí, que vivieron una tragedia pero con visos claros de ajuste de cuentas y peor aún que haya ido a hablar con ellos al lugar de los hechos y que no quiera escuchar al poeta Javier Sicilia en su justo reclamo de justicia para las víctimas. Víctima gratuita, Sicilia, a quien AMLO nada más llegar debió ir en persona a escuchar solidarizándose con su inmenso dolor. Víctima como los niños hijos de los músicos asesinados en Guerrero, que alertan sobre alarmantes visos de que se está aplicando con MORENA una especie de barbarie controlada en contra de grupos sociales que luchan por sobrevivir en medio de la barbarie descontrolada que los antecesores de AMLO permitieron en México para enriquecerse como si nunca se fueran a morir. Pero de esos no se esperaba nada. Y de AMLO se esperaba al menos coherencia con lo que ofrecía. A la ejecución de Samir Flores se suman ya demasiadas muertes violentas de activistas. Y por eso comparto hoy con ustedes algo que encuentro al abrir mi Facebook. La fotografía a la que hace referencia es de uno de los niños entrenados para defenderse luego de la masacre cometida hace unos días contra sus padres músicos en la sierra de Guerrero.

“... La fotografía es del fotoperiodista José Luis de la Cruz. Tome usted asiento y observe.

–¿Ha visto su mirada?

–¿Ve el arma que trae?

–Es un niño, de los 19 que quedaron huérfanos al ser asesinados sus padres músicos en Chilapa, los niños tienen entre 6 y 15 años y han tomado las armas después del asesinato de sus padres. Ahora son parte de las guardias comunitarias y se encargarán de impartir justicia junto a su comunidad.

–¿Sigue usted sentado?..

–Le sigo contando, los niños fueron entrenados estos últimos días, seguramente ya no aceptarán promesas de campaña ni falsos lamentos, para ellos ya no hay otro juego más que defenderse y proteger a los suyos.

–¿Le parece increíble esto?

–Le contaré otro cuento si así lo quiere tomar.

–Se dice qué, por otro lado, en el bando contrario hay más de 250 mil niños que están siendo reclutados por la delincuencia organizada, ya muchos de ellos dirigen células delictivas.

–¿Tampoco le gusta esto?

–Vayamos a otra historia.

–¿Cuál prefiere?

–¿La de la rifa del avión?

–¿La de los fifís y chairos?

–¿La de estábamos peor antes?

–¿La de todo es culpa de los anteriores?

–Allá usted.

–Ya lo decía el compa Dante: La primera semilla para un cambio es la acción.

–Ya lo dijo la compa Itzel: El Mundo se Construye.

–Ya lo dicen los compas zapatistas: organícense.

–Ya les digo yo: ante un país herido el primer acto revolucionario que podemos tener es escuchar a los niños.

–Aquí estamos.

–Aquí estaremos.

–Sin cerrar los ojos...

–PD: si no existieran tantos muertos en mi país estaría viendo la mañanera...

–PD 2: si no existieran fotógrafos como José Luis de la Cruz estaría buscando que el estado patrocine mis exposiciones.

PD 3: este texto se puede leer nuevamente en 10 o 15 años, esos niños (de los dos bandos) tendrán para entonces de 16 a 25 años y usted podría estar… no se…”.

Antes de que sea tarde para AMLO, para MORENA, para el pueblo mexicano y para el país, se tendrían que atender estás urgentes llamadas de alerta.