El pasado 30 de noviembre finalizó la temporada de Ciclones Tropicales en la Cuenca del Atlántico Norte, Golfo de México y Mar Caribe, zona a la que pertenece la Península de Yucatán.
No se alcanzó el pronóstico de la Universidad Estatal de Colorado (EE.UU.) emitido por doctor Phil Klozbacht responsable del proyecto de huracanes: dijo que se podrían formar 17 ciclones tropicales con nombre, pero sólo fueron 13, uno menos del promedio (1991-2020).
Se formaron 8 tormentas tropicales: Andrea, Barry, Chantal, Dexter, Fernand, Jerry, Karen y Lorenzo. Un huracán categoría 2 de la Escala Saffir Simpson, Imelda; uno categoría 4, Gabrielle, y 3 categoría 5, Erin, Humberto y Melissa, este último causó muerte y destrucción en Jamaica, el este de la isla de Cuba y Haití.
Además, Melissa fue histórico, ya que fue el tercer huracán más intenso de la historia para esta cuenca, con una presión de 982 hPa, después de Wilma (2005) y Gilbert (1988), y el segundo con vientos sostenidos de 295 km/h –empatando con Dorian, Wilma, Gilbert y Labor Day– en impactar tierra, y también fue el segundo con las rachas más fuertes del mundo (406 km/h) después de Oliva en abril de 1996, que afecto a la isla Barrow en Australia.
Se formaron cinco huracanes, cuando el promedio es de 7.1 (1991-2020). La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) pronóstico entre 5 y 9; de gran intensidad se formaron 4, el promedio es de 3.2 (1991-2020), y se pronosticaron entre 2 a 5, quedando en el límite superior. Respecto a la energía acumulada que mide qué tan activa estuvo la temporada, fue de 132.5 ACE, 8.8% de más, cuando el promedio es de 121.8 (1991-2020)
En cuanto a su origen: 9 fueron se formaron debido a ondas tropicales (69% que es lo más común); 3 por baja extratropical (23%), y uno por sistema frontal (8%). Con relación a la distribución:1 fue en el Mar Caribe, 1 en el Golfo de México, 5 en el Atlántico Tropical y 6 en el Atlántico Subtropical.
En cuanto a la actividad por meses fueron: 2 en junio, 1 en julio y 3 en agosto y septiembre (lo cual fue anormal, ya que en este mes se forman varios ciclones), 4 en octubre y 0 en noviembre, algo atípico.
Como dato interesante: ocurrió el “efecto Fujiwhara” –fenómeno meteorológico en el que dos ciclones tropicales cercanos empiezan a orbitar uno alrededor del otro debido a su interacción mutua– entre los huracanes Imelda y Humberto. No se formó ningún ciclón en noviembre, las ultimas veces se presentaron en 2014 y 2018.
Centroamérica no recibió ningún impacto directo de huracán. Por primera vez desde 2015, Estados Unidos tampoco fue afectado directamente por ningún huracán. Y lo más destacable es que los modelos de Inteligencia Artificial (IA) obtuvieron excelentes resultados con sus pronósticos sobre los modelos tradicionales y los conjuntos de modelos.
De esta manera, Yucatán (y la península) solo fue un espectador más. Llevamos 23 años desde el último gran huracán intenso, Isidore en 2002, y 19 años desde Dean en 2007. Eso no quiere decir que la entidad esté a salvo, pues siempre ha sido una zona afectada por huracanes desde la época de los mayas, y en algún momento llegará uno, no podemos saber cuándo, pueden pasar otros 23 años sin afectación.
La cultura de la prevención contra estos fenómenos hidrometeorológicos debe mantener año con año, aunque no haya ninguna afectación. No hacerlo sería grave error.