De la Redacción
Una enorme cadena de corrupción, es lo que generó que el negocio fraudulento de juegos de azar que fue atacado a balazos la noche del pasado miércoles que operaba impunemente en dos carpas instaladas en el estacionamiento a un costado de una tienda de autoservicio de la Supermanzana 2 (zona centro) y esto causara un tremendo pánico en pleno primer cuadro de la ciudad de Cancún, porque el hecho se dio frente a la terminal de ADO y a escasos 300 metros del propio Ayuntamiento de Benito Juárez y a unos 50 de la delegación regional del Instituto Nacional de Migración (INM).
De acuerdo a trabajadores de múltiples comercios fijos establecidos en las inmediaciones del estacionamiento público (que cobran por su uso, pues no es propiedad de la tienda de autoservicio), dicho negocio fraudulento tenía entre dos y tres semanas de estar en operaciones en ese lugar.
“Al parecer, no tenían permisos porque en una ocasión llegaron elementos de Seguridad Pública y le dijeron a los encargados de ese negocio que se tenían que retirar, pero esas personas dialogaron con los policías, hicieron algunas llamadas telefónicas y a los pocos minutos los uniformados se retiraron como si nada, pues seguramente estaban bien parados con alguna autoridad”, refirió uno de los trabajadores de la zona consultado al respecto.
Aunque pidió no se le tomara fotografías ni al negocio donde trabaja, explicó que quienes operaban dicho establecimiento que podría considerarse incluso, una organización de juegos fraudulentos, comenzaba a instalarse alrededor de las cinco de la tarde y al poco tiempo comenzaban a “enganchar” a la gente y turistas que pasaban por ahí, ofreciéndoles cortesías para participar y de esta manera poder timarlos mediante juego de canicas imposible de ganar.
Los premios que ofrecían eran en efectivo y diversos artículos como televisiones, bocinas, cafeteras, licuadoras, entre otros electrodomésticos y a pesar de que para este tipo de actividades requieren permisos federales, sólo tenían una supuesta “autorización” municipal, lo que evidencia que violaban la ley federal de juegos de azar y promovían conductas ilícitas.
Para el fraude, los trabajadores de ese negocio que operaba irregularmente en una parte del estacionamiento que controla la empresa Quik Park S. de R.L. de C.V., que le permitió que instalaran dos toldos, al iniciar les ofrecían a la gente y turistas, boletos para tiros gratis y una vez que el cliente creía que estaba a punto de ganar, le cobraban sus demás participaciones pero en ninguna de ellas ganaban.
Al momento que las personas estaban cerca de que ellos creían que iban a ganar, los que ahí trabajan les empezaban a aumentar el costo de cada ronda hasta que llegaba el momento en que se veían obligados a retirarse del juego sin el premio y, por ende, sin su dinero.
Ayer, se efectuó un recorrido por la zona donde se registró la noche del miércoles el ataque a balazos que dejó una persona ejecutada y cinco más lesionadas, fueron varias fuentes con las que se pudo platicar respecto a lo ocurrido y muchas coincidieron en que desde la operación de ese negocio había corrupción.
Ahí, se pudo apreciar por lo menos dos ojivas de bala que seguramente se les olvidó levantar al personal de Servicios Periciales, así como varias canicas de colores que estaban tiradas en el suelo, así como diversas libretas y hojas arrancadas que estaban regadas por el estacionamiento, en donde se pudo notar la existencia de apuntes con los que los trabajadores de ese negocio fraudulento le sacaban cuentas a los incrédulos clientes para engañarlos y timarlos.
De lo que se entendió en las cifras anotadas en algunas de las hojas, es que con una apuesta de 25 pesos, les decían a los clientes que podían ganar 6 mil pesos; por 50 pesos ganarían 12 mil pesos y así sucesivamente con inversión de 800 pesos para que obtuvieran como premio hasta 42 mil pesos, lo que hacía atractiva la oferta.
Los juegos de azar eran de canicas, tiro al blanco y hasta de futbol, con lo que fácilmente engañaban a los usuarios, haciéndoles creer que ganarían premios o dinero en efectivo, lo cual nunca sucedía.
“Me tocó llevar a unos turistas que fueron engañados hace unos días en ese negocio, en donde me dijeron que los estafaron con 2 mil dólares y ellos iban casi llorando, porque cuando le reclamaron a la gente de ese lugar, les dijeron que mejor se retiraran de ahí debido a que ya habían perdido y que si seguían insistiendo, les iba a ir muy mal, a grado de que ya no regresarían a su país de origen”, expresó un taxista que hace sitio en las afueras del supermercado.