Por Yolanda Gutiérrez
La escasa afluencia turística, producto de la temporada baja, se refleja en playas poco frecuentadas, plazas comerciales prácticamente vacías y restaurantes sin apenas comensales, además de que prestadores de servicios turísticos reportan una mínima demanda en tours y rentas de motos acuáticas y vuelos en paracaídas.
Tras llevar a cabo un recorrido por diferentes puntos de la zona hotelera, se pudo constatar que prácticamente no hay turismo ni sobre el bulevar Kukulcán ni en los comercios, en tanto que las principales playas reflejan una moderada presencia de bañistas.
Los mercados de artesanías reflejaron una escasa presencia de turistas y los pocos que se acercaban prácticamente no compraban nada, según mencionó José Pérez, comerciante del ramo.
En tanto que eran muy pocos los turistas que se apreciaron en plazas comerciales, hasta el punto de que había más personal de seguridad y empleados de los diferentes locales que público en general.
Y ante la temible temporada baja que se espera repunte hasta mediados de noviembre, varios restaurantes y comercios en general han tomado la estrategia de abrir sus puertas más tarde, lo que les permite, en algunos casos, ahorrarse el salario del personal del primer turno, además de invertir menos en gastos generales, especialmente luz.
La escasa afluencia de visitantes se patentiza especialmente en los estacionamientos de la zona hotelera: pese a que se observa una buena cantidad de cajones ocupados, son muy pocos los vehículos con placas de otros estados.
Según los mismos “viene-viene” que se encuentran en los estacionamientos públicos, la mayor parte de los vehículos que ocupan los cajones pertenecen a trabajadores de los diferentes centros laborales, en tanto que una mínima cantidad corresponde a unidades de turistas.
A excepción de Plaza La Isla, donde siempre hay turismo, en centros comerciales, mercados de artesanías y la misma avenida principal de la zona hotelera, la presencia de visitantes se contrajo de manera importante, y los mismos prestadores de servicios turísticos coinciden en expresar que este “septihambre” ha sido más duro que otros anteriores, cuando la presencia de visitantes era mayor a la registrada este 2018.
En tanto que prestadores de servicios de Tortugas consideraron que a lo largo del verano el balneario lució abarrotado, especialmente los fines de semana, pero el turismo nacional y gente de la localidad no dejaron demasiada derrama.
“Otros años la mayor parte de la gente que rentaba mesas o camastros hacía todo el consumo en los restaurantes mientras que en esta temporada hemos visto que muchos de los comensales traían consigo sus propios alimentos y bebidas, por lo que las ganancias eran prácticamente por las rentas de sombrillas”.