Quintana Roo

Un cáncer la zona de invasión

De la Redacción

TULUM, 18 de enero.- Como un cáncer consideran los empresarios la zona invadida en donde se refugian todo tipo de rufianes, luego de los acontecimientos que se vienen registrando en el fraccionamiento Aldea Zama y sus alrededores.

Luego de los constantes robos que se vienen dando en el complejo Aldea Zama colindante con la franja invadida, luego que una maya que cuenta con entradas y salidas cada determinado tramo los separa y el reciente suceso en donde un par de extranjeras fueron víctimas de los delincuentes.

Los empresarios se hallan seriamente contrariados y piden que las autoridades ya trabajen en el problema de la tenencia de la tierra, al considerar que muchas personas que están asentados de forma irregular aparte de los delincuentes, usan el sitio para sus actividades comerciales y lo hacen de manera irregular.

Reconocen que existen muchos negocios entre estos los Airbnb en esa zona ocupada de forma irregular, y que carecen de todo tipo de permisos y licencias para el funcionamiento aunado a ello al ser refugio de delincuentes las zonas colindantes y desde luego, el noveno municipio vive en un clima de incertidumbre.

Los empresarios consideran que deben las autoridades competentes ya trabajar en el tema, pues la inseguridad afecta de gran manera al destino, lo mismo ocurre con la gente que viene a invertir y que radica en Tulum, un lugar que por su belleza natural atrae a propios y extraños.

Los robos a las constructoras y a los condominios, continúan en el complejo Aldea y el caso de las chicas extranjeras que fueron amagadas con arma de fuego, sometidas y trasladadas a área verde con la finalidad de abusar sexualmente, cuando pasaban cerca del lugar mencionado, ha provocado que empiece a existir preocupación en el sector.

Es por ello, la insistencia de que las autoridades busquen solución al problema que existe en esas partes ocupadas de manera irregular y en donde existen personas que cuentan con títulos de propiedad, consideran que a nadie le gustaría que viniera gente ajena y les invadiera su propiedad como ha ocurrido en estos casos desde hace ya más de dos años.