Por Olivia Vázquez
Luego de la tormenta, turisteros de Cancún no reportaron afectaciones a sus operaciones durante el fin de semana que azotó el frente frío número 31 la región. El sector hotelero reportó actividades dentro de la normalidad, mientras que restauranteros registraron cierto repunte en sus operaciones debido a que muchos clientes prefirieron mantenerse dentro de estos sitios a disfrutar su estancia en el destino.
El paso del frente frío número 31 por la región, sin embargo, sí causó estragos al sector náutico de Cancún que se vio obligado a parar operaciones durante el fin de semana por los cierres totales de puerto que se registraron en la región.
Las pérdidas de este sector por el cierre de operaciones asciende a los 150 mil dólares por día, aunque en algunas horas del fin de semana el sector logró operar con las embarcaciones mayores a los 40 pies y con algunos servicios náuticos que sí se otorgaron por los microclimas que pueden diferenciar de un kilómetro a otro las condiciones del tiempo.
En el caso del sector hotelero, se reportó que los vuelos y retrasos que se registraron en el ingreso de los turistas no impactó la actividad ni se registraron cancelaciones por efecto del temporal.
Quizá, refirieron, la única variable, es que el turista prefirió mantenerse dentro de los desarrollos en las áreas comunes que salir a la zona de albercas o playa, pero esta condición no disminuyó el ánimo del turismo que se integró a las diversas amenidades que se ofrecen dentro de estos grandes desarrollos, pues ni las bajas temperaturas afectan a estos segmentos que vienen huyendo precisamente de condiciones climáticas severas.
De los turistas que tenían programado sus visitas a parques temáticos o zonas arqueológicas, se informó que se realizaron los recorridos y que si bien se dieron algunas cancelaciones, la mayoría se logrará reubicar para dos o tres días siguientes, lo que permite no reportar bajas ni pérdidas.
Dentro de los sectores que sí reportaron pérdidas por efecto del temporal, fueron comerciantes que se vieron obligados a bajar cortinas por la falta de clientes o consumidores, por lo que muchos negocios prefirieron cerrar temprano o de plano no abrir para no exponer a los trabajadores y para no generar gastos de operación.
En el sector restaurantero, el reporte fue favorable con un incremento del 10 al 12% en el incremento en ventas derivado de que muchos locales y turistas acudieron a estos centros a pasar el día en compañía de la familia, lo que elevó parte de la operación.