Quintana Roo

Contra el sargazo, falta voluntad política

Por Víctor Rodríguez

 

PLAYA DEL CARMEN, SOLIDARIDAD, 8 de enero.- Voluntad política es la que se necesita para poder recolectar el sargazo desde el mar, antes de que llegue a las playas, llevarlo a un biodigestor y generar energía eléctrica, porque de acuerdo a los componentes químicos que tiene la alga marina es el único uso que se le puede dar, explicó la doctora Patricia Muñoz Sevilla, quien forma parte de la Red Internacional Océano, Clima y Cambio Global del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y del comité técnico de expertos reunidos por el ayuntamiento, al escuchar los primeros, de doce proyectos de sargazo en las costas de Solidaridad.

La también profesora e investigadora del Instituto Politécnico Nacional (IPN) en el Centro de Medio Ambiente y Desarrollo, citó que sí hay experiencia en el tema pero lo que pasa es que en ciertos momentos se proponen acciones y las que son parte del gobierno se tiene, en 2015 se vivió el problema masivo, hubo acciones, aplicaron recursos y se devolvieron recursos, no se llegó a nada.

En 2016 se fue el sargazo, el 2017 casi no hubo y todos pensaron que no volvería, pero la naturaleza es sabia al modificarles las condiciones ambientales y ahora regresó en 2018, aunque a lo largo de tres años no se hizo nada al respecto, “se formó un comité nacional que se reunió una vez y luego se nos olvidó el sargazo porque se fue de las costas, ahora que vuelve a tocar el problema severo tenemos que enfrentarlo con todos los requerimientos necesarios y lo enfrentamos de nuevo desde el punto de partida”, puntualizó.

Por ello, afirmó que a partir de estos momentos es definir cuál es el proyecto que se presente es la opción viable desde el punto de vista económico y ambiental, así como de apoyo a la población porque ya se tienen problemas de salud pública en su descomposición, generando metano y ácido sulfúrico, gases tóxicos que son aspirados por la gente que maneja el alga, de modo que tienen que tomarse acciones de qué van hacer con el sargazo y ejemplos en el mundo hay muchos.

Citó que Francia es un ejemplo mundial que trabaja con dos macroalgas importante en la parte noroeste, en Roscoff, con productos de valorización del recurso con un alga verde y roja que la trabajan a lo largo del año, que son colectadas en el mar, ya que no hay que dejar que llegue a la costa porque se tiene generación de descomposición, además de que viene con un gran ecosistema (huevecillos de peces, otras especies, algas adheridas a la macroalga).

Incluso, enfatizó, debe ser recolectada detrás de las zonas arrecifales porque daña los pastos marinos y grandes ecosistemas muy vivos de infinidad de organismos, tras recolectar meterla al biodigestor como está en Mayakoba y que la UNAM le diseñó e instaló, aunque no se debe poner en cada hotel sino al menos tener tres grandes a lo largo de la costa y con ello generar energía eléctrica.

Reconoció que no entiende porqué los sencillos pasos de recolectar el sargazo en el mar, colocarlo en el biodigestor y generar energía eléctrica tienen que complicar la solución al problema, de modo que hace falta voluntad política de entender que nos enfrentamos a un problema que va afectar los factores económicos, sociales y ambientales.

Por último, la investigadora Muñoz Sevilla afirmó que cuando el sargazo, que trae tanta materia orgánica se mete a un biodigestor, no es necesario ponerle un complejo bacteriano para acelerar la descomposición, lo cual está comprobado, que genera rápido el metano y con ello la energía eléctrica, sin olvidarse que los lodos que ha dejado el alga en su arribo masivo a las costas tienen que tratarse porque son complejos de muchos contaminantes.