Quintana Roo

Trifulca en la entrada de las ruinas

De la Redacción

TULUM, 15 de octubre.- Una trifulca se registró la mañana del martes a la entrada de la zona arqueológica, por la disputa del sitio a donde se están aglutinando los ambulantes, aunque igual culpan a las autoridades porque, al parecer, han autorizado permisos en ese punto, como lo es la renta de bicicletas.

Los establecidos en esa zona de la plaza artesanal ya veían venir el conflicto, por el desinterés del área de comercio, que no ha tenido la capacidad de meter orden, en donde se halla la pluma, justo a la entrada de la zona arqueológica.

Ha sido a partir de la actual administración que se ha venido desencadenando  un verdadero desorden en ese lugar, en donde ya prevalecía pero en menor grado, afectando a los establecidos. Algunos han optado por cerrar sus negocios, como sucede con uno de los que se dedicaba a la venta de agua de cocos, pero con la competencia desleal y las bajas ventas se marchó del lugar.

Por otro lado, a un costado de esa entrada, igual se ha instalado una rentadora de bicicletas, cuyo permiso autorizado por la Semarnat se halla a nombre de Araceli Díaz García. Dicho permiso refiere que es autorización para realizar actividades turísticas recreativas dentro de áreas naturales protegidas, actividades turísticas recreativas con vehículos de transporte no motorizados.

En la zona en donde hoy están, en su momento buscaban colocar un local de venta de tours prestadores de servicios náuticos del Parque Nacional Tulum,  sin que se los permitieran las autoridades, permaneciendo el sitio despejado , pero hoy se asemeja a un mercado.

Ahí hay venta de agua de cocos, exhibición de animales exóticos, por mencionar; algunos son de la plaza que han optado por asentarse en ese punto como consecuencia de la negligencia del área de comercio, que provocó que la mañana del martes uno de los ambulantes se liara a golpes con un humilde joven, arribando al lugar no sólo fiscales sino la policía, pero ya el presunto agresor se había marchado.

Los prestadores establecidos exigen a la directora de Comercio, Paulina Och, que se ponga hacer su trabajo en el lugar y si no puede con él que renuncie y  quede uno que sepa del área, antes que el conflicto se salga de control.