Quintana Roo

Testigos hunden al 'Tomasito”

De la Redacción

El juicio que se lleva a cabo en Miami, Florida, en contra de Tomás Vales Valdivia, alias el “Tomasito”, ha dejado al descubierto cómo durante los últimos 10 años, el cubano dominaba y era el eje principal de la red de corrupción que existía en la delegación estatal del Instituto Nacional de Migración en Quintana Roo.

Particularmente, el juicio se ha centrado sobre la conexión Cuba, Isla Mujeres, Cancún con West Palm Beach, Florida, una ruta que fue utilizada por el “Tomasito” para crear el imperio del tráfico de personas.

En esta ruta, el juicio ha hecho énfasis en el caso Yasiel Puig, pelotero de los Rojos de Cincinnati que después de salir de Cuba, pernotó en Isla Mujeres y Cancún hasta llegar a Estados Unidos.

De hecho, se maneja que el caso Puig, la hipocresía y la denuncia revelaron detalles escabrosos de la fuga del cubano Yasiel Puig.

A continuación se presenta uno de los testimonios que existen contra Tomás Vales Valdivia. El antecedente es para demostrar cómo se estableció la ruta del tráfico de personas en el Caribe.

“Para entender ese miedo habría que remontarse al 13 de junio de 2001, cuando ‘Chino’ y su amigo de toda la vida, Tomás Vales Valdivia, alias ‘Tomasito’, ambos de Esmeralda, Camagüey, escaparon de la isla en una lancha robada a los órganos de la Seguridad del Estado y llegaron a West Palm Beach”.

De haber sido capturado en esa incursión por la costa sur de Matanzas, nada ni nadie habría salvado a Jorge Guerra de, por lo menos, 20 años de prisión, pero una vez que el jefe de la embarcación, Yandris León Placia Leo, anunció que iban en busca de Puig, no le quedó otro remedio que sumarse a la empresa.

Desde ese momento, asegura, su vida ha estado en peligro y bajo constantes amenazas de un grupo de asociados de Puig en Miami, que decidieron “darle la mala y no pagarles un centavo” a quienes ejecutaron la fuga de la estrella de Los Angeles. Bajo el signo del miedo, debido a eso, “Chino” decidió convertirse en uno de los testigos principales en la demanda presentada por el abogado Avelino González bajo el amparo de la Ley de Protección a las Víctimas de la Tortura, que respalda a ciudadanos y residentes estadounidenses que hayan sufrido vejámenes de cualquier tipo en terceros países. Propuesta a nombre de Miguel Angel Corbacho Daudinot, quien cumple siete años en una cárcel cubana debido a una declaración oficial de Puig en un juzgado de la isla, por un supuesto caso de tráfico humano, la demanda busca $12 millones en compensación por daños y perjuicios”.

Cabe señalar que debido a este señalamiento, Yasiel Puig podría ser llamado por el gobierno de Estados Unidos a través de la corte de Miami- Dade, para declarar sobre lo sucedido.

Lo anterior se debe a que Puig trató directamente con Tomás Vales Valdivia y con el primo de este, Ricardo Vales. De acuerdo con el testimonio, al salir de Cuba, el grupo -integrado por los acompañantes de Puig, entre ellos el boxeador Yunior Despaigne, más un primo de “Tomasito”, Ricardo Vales Valdivia y un mecánico húngaro al que recuerda como Atila- estuvo dos días en altamar y quedó a la deriva cuando se les acabó el combustible. “Afortunadamente se encontraban a 100 millas de la costa mexicana y una llamada a una embarcación de “amigos” les resolvió el problema para que pudieran llegar a Isla Mujeres sanos y salvos”, indica el relato.

Y agrega: “De esos tiempos en México recuerdo que todo era una fiesta constante, mucha bebida, muchas mujeres y Puig se divertía con nosotros como uno más”, asegura Jorge Guerra. “Yo me llevaba bien con él. Durante los días en el mar hicimos mucha amistad, él se ponía mis calzoncillos, usaba mi cepillo de dientes. Me decía que nunca se iba a olvidar de mí, que me iba a hacer un regalo, a comprar un carrito, aunque yo no le pedí nada nunca”.

Es en Isla Mujeres donde “Chino” también conoce a algunos del grupo de Miami, entre otros a Gilberto Suárez, quien espera por un juicio bajo un cargo de conspiración para inducir o ayudar a extranjeros a entrar ilegalmente a Estados Unidos, y a Raúl Pacheco, supuestamente el cerebro de toda la operación.

De acuerdo con su testimonio, “Chino”, quien pasaba largas temporadas en el balneario mexicano y vivía del “invento y la compra y venta de piezas”, observó algunas de las negociaciones sobre cuánto pagaría Puig -quien a la postre firmaría un pacto de $42 millones con los Dodgers- a todos los implicados y quien pagaría más por el pelotero, si la gente de Miami o un dominicano grueso que se había aparecido a última hora bajo el nombre de Rudy, ofertando $500,000.

Como si fuera poco, asegura que estuvo justo en el momento en que el abogado Jaime Torres, un conocido agente de peloteros cubanos, firmó en un lugar de Cancún conocido como Playa Linda, encima de una embarcación, el contrato para representar al jugador ante las Grandes Ligas”.

Y finaliza: “Eran días en que todo parecía marchar bien, seguían las fiestas y ‘Tomasito’ y Leo solo esperaban el pago del dinero, ya sea de la gente de Miami o de Rudy”.