Por Luis Enrique Cauich
KANTUNILKIN, LAZARO CARDENAS, 24 de noviembre.- El origen de los festejos a la Virgen de la Inmaculada Concepción, patrona de los católicos de Kantunilkín, se remonta a finales del siglo XIX desde cuando este lugar contaba con no más de 200 habitantes y las actividades que para entonces se realizaban era de lo más sencillo, novenarios, entregas de comida realizadas por los llamados kuucho’ob (cargadores) y ya para principios del siglo XX empezaron a realizarse algunas corridas de toros en ruedos rústicos donde la gente miraba detrás del ruedo.
Así comienza su relato el cronista vitalicio de Kantunilkín, Gaspar Maglah Canul, al realizar la ficha informativa de esta importante celebración del pueblo kantunilkeño, el cual da a conocer a través de sus redes sociales para el conocimiento no sólo de los pobladores, sino también de los visitantes que llegan a formar parte de esta tradición, donde las familias los reciben con los brazos abiertos.
Durante estas fiestas no hay extraños, los visitantes pasan a ser uno más de los fieles católicos que llegan a venerar a la patrona el pueblo y se unen en uno solo con la población que demuestra fe y devoción a la virgen, que durante estos días es bajada de su nicho para estar al alcance de todos.
En relatos del cronista vitalicio, externa que a mediados del siglo pasado empezó a tomar la forma con la que hasta la fecha viene celebrándose, ya que se incorporaron los gremios, organización de muchas personas encabezadas por un responsable, quien tiene la encomienda de llevar a feliz término dicho compromiso por una cantidad determinada de años pares para luego traspasarlo a otra persona, quien será el que continúe y así sucesivamente.
Relata que actualmente existen 7 gremios, el primero se realiza el 2 de diciembre y el último el 8 de diciembre, día en que se hace la celebración máxima que es la procesión de la patrona por las principales calles de la ciudad, siendo acompañada por cientos de devotos que a pesar de la lluvia o el fuerte sol realizan esta peregrinación.
Por otro lado, los responsables de las corridas de toros o diputados se encargan de llevar la parte profana de la fiesta, donde a diario a cada uno le corresponde organizar la corrida del día. Siendo actualmente 12 diputados. Tanto en la realización de los gremios como en las corridas, las actividades son muy similares.
Con un día de antelación al evento (sean gremios o corridas) desde muy temprana hora se sacrificarán los cerdos, tanto en la casa del responsable como en casa de los kuucho’ob (socios principales), que de manera voluntaria ofrecen medio cerdo para engrosar la cantidad de carne necesaria para la preparación del relleno negro, comida tradicional para estas fiestas, al grado de sacrificarse de 20 a 80 cerdos por día, según la importancia del gremio o diputación.
En ambos casos, tan pronto como queden listos los chicharrones, un grupo de socios los llevarán a casa del nojoch kuuch (responsable), lo mismo que la parte de la carne ofrecida. Allí, una vez reunida la ofrenda de todos los participantes, un rezandero tradicional la ofrecerá al Creador y la virgen patrona. Entonces todos los presentes podrán degustar de la rica chicharra, da a conocer en su relato Gaspar Maglah Canul, quien se ha encargado por años de documentar estos festejos.
Cabe indicar que para cada agrupación habrá destinado una orquesta que amenizará con música regional, desde temprano, en la casa del nojoch kuuch. Por la tarde, una vez preparado el piib (horno subterráneo) que pudiera medir de 5 a 15 metros, dependiendo de la cantidad de pailas de comida que serán cocidas para la ceremonia del día siguiente.
De la misma manera, primero se entregará la ofrenda y luego, tanto socios con sus respectivas familias como invitados y visitantes se les servirá una exquisita ración de comida, y los socios que aportaron su respectiva cuota (prácticamente simbólica) se les dará también un tanto de comida para llevar a su casa.
La ceremonia, en el caso de los gremios, culmina con la llevada de los estandartes y pabellones a la iglesia, así como las cabezas de cochino que fueron enterradas con la comida, que luego de ser adornadas de acuerdo al gusto de cada dueño, acompañarán a los pabellones a la iglesia que, después de oficiada la misa de recepción se bailarán en la puerta de la iglesia con música tradicional y posteriormente cada quien la llevará a su casa.
En el caso especial de esta ciudad, existe una iglesia llamada católica maya, que lleva el nombre de Iglesia de la Inmaculada Concepción y otra con el mismo nombre que es donde oficia misa el sacerdote. Sin embargo, existe una buena relación de entendimiento entre ambas iglesias.
En cuanto a variantes en la realización de la feria respecto de sus organizadores, está el hecho de que los diputados, que son los que realizan las corridas, llevarán la llamada nona que es música tradicional que la orquesta amenizará hasta el ruedo de toros y retornará a casa del nojoch kuuch.
En la parte culminante, en el primer día (30 de noviembre) saldrá de la casa del primer diputado un desfile de todos los vaqueros sobre sus cabalgaduras acompañados de las vaqueras, que con sus trajes regionales engalanarán las calles en el trayecto al corte del ceibo, donde la autoridad municipal acompañará a la gente que llega a sumar cientos, para marchar al lugar elegido para cortarse el árbol que luego será cargado y llevado a hombros hasta la puerta de la iglesia y después al ruedo de toros, donde será sembrado para posteriormente dar inicio a una corrida informal llamada báaxal wakax (jugando al toro), donde osados enfrentarán a los novillos que serán sacados al ruedo y toreados sin ninguna formalidad, y casi serán gente improvisada que primero se habrán tomado unas cervezas para darse valor y casi siempre habrán quienes salgan golpeados o lastimados, en un ruedo atestado de gente que disfruta de ese día especial.
El 1 de diciembre será la corrida formal, donde el diputado después del trajín obligado, llegado el momento saldrá con su comitiva acompañado de los jinetes que lazarán en el ruedo, así como las vaqueras, mestizas ataviadas de sus ternos regionales llevarán ramilletes multicolores y las banderillas que serán puestas a los toros que ese día se sacrificarán en el ruedo, así como las consabidas cabezas de cochino que se bailarán en la puerta de la iglesia, para luego dirigirse al ruedo de toros donde coronarán la plaza al estruendo de voladores e hiladas que anunciarán el pronto inicio de la fiesta brava de ese día, donde todo es algarabía; donde juegos mecánicos, vendedores ambulantes, puestos de comida, sin faltar las bebidas espirituosas, así como el deambular de cientos de gentes le darán a la feria su gran colorido.
Un tercer grupo, llamados simplemente jkuucho’ob, obra de manera distinta a los dos anteriores mencionados, y fueron ellos los que desde antaño iniciaron la fiesta al que luego se le agregaron los grupos arriba mencionados.
Nueve días antes del inicio de la fiesta, comenzarán con los novenarios en la iglesia, ya para el final de su compromiso prepararán el atole de maíz, el vino de la corteza del báalche’, las ofrendas a la patrona y finalmente la comida enterrada, que a diferencia de los demás cada uno preparará y no necesariamente deberá ser relleno negro, y cada quien dispondrá de ella como le parezca y repartirá entre sus familiares y socios.
Señala el cronista que, en la organización de esta feria, intervienen gentes del pueblo, arraigadas con sus costumbres, quienes asumen el compromiso de cumplir con los cánones establecidos por tradición, sin que medie más deseos que el de cumplir una especie de manda.
Todos en común, responsables de gremios y diputados acordarán lo relacionado a la contratación de las orquestas, tanto para los rituales como para amenizar los bailes, lo que actualmente concesionan a empresarios.
Estos responsables pasarán mediante un ritual a otro que quiera seguir con la tradición, asumiendo toda la responsabilidad de los gastos que genere y lo administrará el tiempo que él considere de acuerdo a su situación económica en un plazo mínimo de 2 años sin mediar un máximo.
La demás gente que interviene (socios) pasarán al responsable en turno y estarán el tiempo que ellos quieran o lo heredarán a sus descendientes, y son ellos los que en un momento deciden convertirse en socios principales, lo que hace que aumente el número de cerdos a sacrificar.
Una vez iniciado este proceso, él podrá, llegado el momento, traspasar ese compromiso a otro. La autoridad municipal participa apoyando con la ceremonia de inauguración en la contratación de la orquesta que amenizará la vaquería, donde la entrada será libre y la autoridad tiene el privilegio de cortar el listón inaugural.
Las festividades inician desde el primer domingo de noviembre, con el convite, que parte desde el palacio municipal encabezados por el presidente municipal que en compañía de los regidores, diputado local y funcionarios de primer nivel, visitarán primero la iglesia de la patrona y luego a los diputados (así se les denomina a los responsables de realizar las corridas de toros) en sus casas, para reafirmar el compromiso con ellos de llevar a feliz término la corrida de toros en el día que a ese diputado le corresponda.
En ese recorrido, que es el preámbulo de la feria, cientos de gentes, hombres, mujeres y niños, acompañarán a la autoridad municipal que arrancará con música de mariachis y música tradicional hasta visitar al último diputado en donde en cada casa se ofrecerán cervezas y tacos a los concurrentes.
Este desfile se llevará casi todo el día y terminará como al principio, en las puertas de la iglesia, donde a un costado se realiza, sea una kermés o vaquería, para que así sólo reste esperar el inicio oficial de la fiesta tradicional el 30 de noviembre y termina el 12 de diciembre.