Quintana Roo

Reconoce Ultramar haber 'depredado” los precios

De la Redacción

 

COZUMEL, 24 de noviembre.- Ultramar aceptó haber depredado costos de sus boletos, que significa comercialmente bajar los precios buscando sacar del mercado a un competidor, que en ese entonces era la naviera Barcos Caribe. Esta conducta es catalogada como una práctica monopólica por la CFC ahora Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece), con facultad de sancionar. Ultramar depredó sus costos de pasaje en un tiempo que imperaba un dinamismo constante en el precio del combustible, a diferencia de ahora, que prevalece cierta estabilidad en los costos de hidrocarburos.

En días pasados, Arturo Báez, representante de la naviera Magna, razón comercial de Ultramar, admitió dos cosas a este medio de comunicación en torno al alza de precios que se venía para el 19 de noviembre. Una, que estaban depredando sus costos, y la otra, que el aumento en ciernes en aquel momento era mucho.

Sostuvo en relación a que sus tarifas las venían “depredando en costo, de manera que hemos llegando a un punto que ya resulta inviable mantenerla. Entonces el punto en que está ahorita el incremento sería mucho”.

A su repuesta añadió “sin embargo, si consideramos la tarifa que nosotros teníamos sin depredar y que en su momento teníamos y que hemos venido depredando, si consideramos esas tarifas que teníamos a lo que le incrementamos es aproximadamente como del 12 por ciento de lo que teníamos a lo que pretendemos”.

Utilizó la palabra “depredar” en una ocasión y en dos el término “depredando” al hablar de los costos.

Eso significaría que la naviera presuntamente ha incurrido en una práctica monopólica que en teoría condena la misma Cofece, en cuyos lineamientos anteriores, cuando operaba como Comisión Federal de Competencia (CFC) establecía como prácticas monopólicas “aquellas conductas que realizan los agentes económicos (individuos, empresas, asociaciones, etc.) para obtener beneficios indebidos, a costa de dañar o impedir el proceso de competencia y libre concurrencia en la producción, procesamiento, distribución y comercialización de bienes o servicios”.

En relación a prácticas monopólicas relativas, para la CFC “son aquellas conductas que realizan los agentes económicos (individuos, empresas, asociaciones, etc.) para obtener beneficios indebidos, a costa de dañar o impedir el proceso de competencia y libre concurrencia en la producción, procesamiento, distribución y comercialización de bienes o servicios”.

La CFC determinaba en esos lineamientos un catálogo de once prácticas monopólicas relativas, entre las que incluye en su séptimo punto el término “depredación de precios”, estableciendo como definición de ese punto “La venta de un bien por debajo del costo, a fin de sacar a los competidores del mercado”.

Al cambiar de nombre la institución y denominarse actualmente como Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece), también hace referencia de las prácticas monopólicas relativas, sólo que ya no usa la palabra “depredar” pero es un término ya empleado anteriormente por la misma dependencia.

Actualmente la Cofece determina en su artículo 52, relacionado con la Prohibición de Conductas Anticompetitivas, que “Están prohibidos los monopolios, las prácticas monopólicas, las concentraciones ilícitas y las barreras que, en términos de esta Ley, disminuyan, dañen, impidan o condicionen de cualquier forma la libre concurrencia o la competencia económica en la producción, procesamiento, distribución o comercialización de bienes o servicios”.

La misma Cofece indica en su artículo 54 referente a Prácticas Monopólicas Relativas que “Se consideran prácticas monopólicas relativas, las consistentes en cualquier acto, contrato, convenio, procedimiento o combinación que:” encuadren en tres puntos, ya no once como la antigua, pero en su tercer inciso define “Tenga o pueda tener como objeto o efecto, en el mercado relevante o en algún mercado relacionado, desplazar indebidamente a otros Agentes Económicos, impedirles sustancialmente su acceso o establecer ventajas exclusivas en favor de uno o varios Agentes Económicos”.

En días recientes la senadora Marybel Villegas Canché dijo que Ultramar ha estado incurriendo o incurrió en “dumping”, cuya definición en términos económicos es considerada una “Práctica comercial que consiste en vender un producto por debajo de su precio normal, o incluso por debajo de su costo de producción, con el fin inmediato de ir eliminando las empresas competidoras y apoderarse finalmente del mercado”.

Ultramar depredó sus precios a la entrada en operación de Barcos Caribe en la ruta federal Cozumel-Playa del Carmen, en el año 2015, con una tarifa de 69 pesos viaje sencillo, cuando Ultramar y Cruceros Marítimos manejaban tarifas de 162 y 163 pesos por el cruce de alrededor de 14 kilómetros de mar.

De comprobarse una práctica monopólica, la Cofece a cargo de Alejandra Prieto, estaría obligada a sancionar a la naviera, previo estudio de la autoridad federal.

No obstante, hasta ahora la Cofece se está “tirando la bolita” con la Secretaría de Comunicaciones y Transporte (SCT), como lo sostuvo la diputada federal Adriana Teissier Zavala, quien les ha urgido a sus titulares una reunión para esta misma semana con el objetivo que realicen su trabajo y efectúen de inmediato ese estudio que lo han demorado por alguna razón por cuestiones burocráticas en los oficios.

Lo incongruente con el actuar de Ultramar es la inversión costosa que realizó en un lapso de cuatro años en la adquisición de barcos de lujo si supuestamente no tenía ganancias, y depredando sus costos en un sexenio cuando los “gasolinazos” se imponían por el gobierno federal de manera continua, y ahora que el costo del combustible ha permanecido en una especie de equilibrio, expresan desde la naviera que es inviable mantener las tarifas que bajaron por la competencia que representaba realmente Barcos Caribe.