De la Redacción
PLAYA DEL CARMEN, SOLIDARIDAD, 27 de abril.- Restauranteros cierran la temporada con un 60 por ciento de ocupación, 20 por ciento por debajo de lo que esperaban en las vacaciones de Semana Santa, pese a mantener el precio de sus platillos enfocados a todo tipo de turistas, ya que resintieron el embate del sargazo y de la competencia, así lo mencionó Javier Velázquez, mesero del restaurante “Pez Vela”, tradicionalmente, el más concurrido y uno de los más antiguos, porque hace más de 40 años ofrece a sus clientes un gran repertorio en su menú, un arte culinario en un lugar enclavado en la emblemática Quinta avenida.
En este sentido, Javier Velázquez dijo que, pese al optimismo que tenían los meseros y, por ende, los restauranteros de la Quinta avenida, para que el repunte de la temporada alcanzara hasta un 80 por ciento ante la llegada de las vacaciones de Semana Santa, que concluyen este domingo, no fue así, ya que estuvo por debajo de lo esperado. Sin embargo, continúan dando la bienvenida y un buen servicio a sus clientes, quienes mantienen de pie a muchos comerciantes y trabajadores que dependen de ello, externó el entrevistado.
Asimismo , dijo que el turismo nacional buscó no sólo precio sino variedad de alimentos. Entre los más solicitados estuvieron el pescado frito y las fajitas de pollo, mientras el extranjero optó más por pechuga de pollo a la florentina, bañada con salsa fettuccini o de champiñones, pasta u otros guisados. Por ello el restaurante “Pez Vela” ha mantenido un gran repertorio de sus platillos, así como sus precios, que van de los 130 a los 300 pesos, lo que lo convierte en uno de los favoritos en la emblemática Quinta avenida.
El entrevistado destacó que, aunque no se cumplieron las expectativas en la temporada de vacaciones, el servicio que ofrecen sigue siendo especial para quien los visita. El lugar está ambientado con la naturaleza y los platillos que satisfacen los más finos y exigentes paladares han hecho que el restaurante se mantenga con vida desde hace más de 40 años, uno de los más antiguos en la Quinta avenida, y por ello tienen clientes que hace 20 años los visitan con frecuencia, lo que ha servido de inspiración para muchos comerciantes, incluso como un termómetro para medir la ocupación restaurantera.