Por Olivia Vázquez
Hoteleros de Cancún y Riviera Maya reconocen una caída del 20 o hasta el 30 por ciento, en la tarifa hotelera para las siguientes temporadas, derivada de la percepción de inseguridad, el sargazo y la nula estrategia de promoción turística, pero también de la cada vez mayor oferta de hospedaje que se tiene en el Caribe.
El tabulador, reconocen, se ha ido moviendo conforme el ritmo de reservación no logra recuperar los niveles que se traían en el primer cuatrimestre del año anterior.
La percepción de inseguridad, es quizá el mayor motivo de esta desaceleración que se viene arrastrando desde el año anterior sin una recuperación clara.
Un factor determinante que está moviendo la tarifa, es la mayor oferta de hospedaje que tiene la región y los efectos que está generando el arribo masivo de sargazo, pues el turista no quiere estar en una playa llena de algas que apesta.
En este sentido, hoteleros como Roberto Cintrón y Carlos Gosselin, de la Asociación de Hoteles de Cancún y Puerto Morelos reconocen que esta condición sin duda puede generar salidas anticipadas o cancelación de reservaciones y aunque por el momento no se ha dado de manera notoria, si es un factor que pone en riesgo la operación y que obliga a algunos hoteleros a redefinir su tarifa para hacerla más atractiva al visitante.
En el caso de la competencia que se genera por la apertura de hospedaje residencial, señalan que no sólo crecen desarrollos hoteleros, sino también la oferta hotelera residencial, con cuartos habitaciones que entran en operación de la noche a la mañana sin garantías de calidad ni de seguridad.
En la Riviera Maya, la Asociación de Hoteles estima que se tienen casi 12 mil cuartos habitaciones que operan como hospedaje sin una regulación clara.
Esta sobreoferta, más la que crece cada año y que se estima en 2 mil 500 habitaciones más para el destino, obliga a formular nuevas estrategias para mantener las operaciones en los niveles favorables.
En este sentido, se confirma que hay hoteles que han bajado hasta 20 por ciento sus tarifas, en un ajuste que se ha tenido que realizar para mantener las operaciones en los promedios que se han venido dando.
En el caso de la industria de tiempos compartidos, la Asociación de Clubes Vacacionales reportó en días pasados que si bien el ritmo de venta se mantiene positivo, la mayoría de los desarrollos no está llegando todavía a las metas de crecimiento que tenían previstas para esta temporada.
En cuanto a la pequeña hotelería donde se tiene una mayor fluctuación, los cuartos que alcanzan en temporada alta precios de hasta mil 400 pesos la noche en un servicio para turismo de negocios, en mayo y junio se tiran hasta los 500 y 600 pesos la noche, lo que presiona al hotelero para pagar la nómina.
Por parte de la Riviera Maya, se informó que la presión por llegar a las metas programadas, obliga a desarrolladores a sacrificar el precio de algunos cuartos hoteleros para mantener niveles de operación aceptables y evitar el ajuste de nóminas, pero este indicador no puede ser eterno.