Quintana Roo

Tren Maya, rodando para 2023

De la Redacción

 

El Tren Maya generará nuevas condiciones de desarrollo, como la habilitación de zonas industriales y de distribución de combustible. Tendrá que estar operando en 2023 con al menos 15 de las más de 50 estaciones consideradas en el proyecto final, manifestó Rogelio Jiménez Pons, director del Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur).

En los últimos seis meses, el monto solicitado por el Fonatur para realizar los estudios de preinversión aumentó 710%, al pasar de 120 a 972 millones de pesos. Entre los factores de riesgo ya se menciona el secuestro, la extorsión, el tráfico de drogas y personas, por lo que es necesario crear una estrategia de seguridad para sus empleados, contratistas y proveedores durante la ejecución.

“El incremento obedece a que también creció el número de estudios a realizar. Es también relevante señalar que, cuando se registró el presente proyecto, la cantidad de estudios fue estimada, y los montos se ajustaron al presupuesto autorizado en el Presupuesto Federal de Egresos 2019 para dichos proyectos, 120 millones de pesos”, explicó el organismo.

El otro tramo, que va de Palenque, Chiapas, a Izamal, Yucatán, pasando por Mérida, no requeriría estudios de impacto ambiental, porque ya existe una vía férrea que es actualmente operada por el Ferrocarril del Istmo de Tehuantepec.

Para dicha sección, se ha anunciado el inicio de procesos de rehabilitación y mantenimiento, que consisten en obras de drenaje, limpieza, trabajo de terracería, compactaciones y reforzamientos, es decir, obras inducidas, las cuales serán realizadas en parte por el propio Fonatur y otras serán licitadas.

Paralelo a ello, se realizarán las consultas con las comunidades originarias en los términos que marca el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo sobre pueblos indígenas y tribales, añadió el funcionario.

Sólo hasta que concluyan todos esos procesos se podrá iniciar la obra en el tramo sin vía, que es prácticamente la mitad del circuito de poco más de 1,500 kilómetros que conforma el concepto Tren Maya.

Cabe señalar que Fonatur tiene por vez primera una mesa científica-tecnológica de su lado, con gente de la UNAM, IPN, el Foro Científico y Tecnológico, para tener objetividad en la toma de decisiones. Incluso, el Instituto de Geofísica de la UNAM alertó sobre el peligro que representa el suelo cavernoso, indicó.

Hay zonas muy sensibles, como los alrededores de Río Secreto, que obligarán a ver qué tipo de estructuras se pueden hacer, como puentes sobre la tierra, para evitar pasar sobre zonas sensibles a la vibración y el peso que pueden colapsarse. Son estudios que debemos tener garantizados, dijo.

En ese mismo sentido, se refirió al cuidado que se tendrá como los vestigios arqueológicos. Por esa razón, se licitará un “vuelo líder” que permita conocer a detalle la conformación del suelo, dónde haya monumentos sobre los derechos de vía y los nuevos centros de población que se generen.

“El tema arqueológico está recibiendo prioridad”, afirmó. El proyecto ha avanzado en pedacitos, pero con la licitación los integraremos para avanzar más rápido, explicó.

Jiménez Pons aclaró que el Tren Maya no parte de cero, pues había antecedentes, incluso un proyecto de la administración federal pasada, que elaboró un estudio sobre el tramo Cancún–Tulum y otro del gobierno de Yucatán.