Quintana Roo

El arribo de sargazo parece no importar

Por Yolanda Gutiérrez

 

Aunque se esperan importantes recales a mediados o finales de febrero, por el momento las principales playas del destino se encuentran libres de sargazo y presentan una imagen que nada tiene que ver con la registrada en los meses de mayor incidencia de las macroalgas, pero lo alarmante es que, pese a los pronósticos, no se aprecia el menor interés de las autoridades de los tres niveles de gobierno para empezar a tomar acciones enfocadas a evitar que su presencia arruine la temporada vacacional de Semana Santa.

Y aun cuando, al menos por el momento, el sargazo dejó de ser un dolor de cabeza, los turistas disfrutan de la blanca arena y se sumergen en las ahora agitadas aguas, en Gaviota Azul comienzan a apreciarse los primeros signos de erosión, común en esta época del año.

Y aunque tuvieron meses para prepararse de cara al arribo masivo de sargazo, se desconoce si la Secretaría del Medio Ambiente (SEMA), la Secretaría Estatal de Turismo (Sedetur) y demás autoridades involucradas en el problema han sostenido ya alguna reunión para tratar el tema y trazar estrategias que permitan minimizar el impacto del sargazo… y si lo han hecho, no se ha dado a conocer públicamente.

Tampoco se sabe si se terminaron de construir los nuevos barcos sargaceros que se sumarían a los que ya tiene la Armada de México para combatir las macroalgas e impedir que lleguen hasta la costa.

Y los prestadores de servicios turísticos temen que vuelva a repetirse el patrón del año pasado, cuando las autoridades empezaron a preocuparse y ocuparse del problema del sargazo hasta que las macroalgas invadieron de manera masiva nuestras costas, lo que redundó en el retiro apresurado de las hierbas de modo incorrecto, esto es, metiendo maquinaria hasta la orilla para arrastrar las algas y recogerlas, lo que afectó a los arenales, específicamente en playa Coral, donde los malos manejos provocaron la severa erosión de la costa, hasta el punto que las raíces de las palmeras quedaron expuestas.

Temen, con justa razón, que se comiencen a tomar acciones y buscar recursos para atender el tema cuando ya sea demasiado tarde para que las playas del destino presenten una buena imagen de cara al turismo que se espera nos visite durante las vacaciones de Semana Santa, momento en que se estima que los arenales se encuentren afectados, en mayor o menor medida, por la presencia del sargazo, que se presenta de manera periódica en nuestro destino desde el año 2015, generalmente coincidiendo con los meses de más calor, aunque el patrón apunta a recales cada vez más prematuros.

Lo que nadie puede entender es por qué no se toman nunca acciones oportunas para evitar que el sargazo no llegue a nuestras costas, nadie prevé ni se anticipa a los tiempos, de tal modo que al presentarse los recales, se puedan contener antes de alcanzar la playa.