Por María Luisa Vázquez
“Cancún nació con los brazos abiertos”, así empieza Tiziana Roma Barrera para describir la historia de una ciudad, que este 20 de abril llega al 50 aniversario de su fundación.
A través de: “Para Entender y Amar a Cancún”, su primer libro como cronista urbana, es en el que describe a través de 139 páginas, cómo empezó y se ha desarrollado Cancún a lo largo de estas cinco décadas.
Nacida en Bruselas, Bélgica, de padre italiano y madre mexicana, Tiziana llegó a Cancún en 1975, aquí se casó y nacieron sus hijos. Sin embargo, su activismo por el rescate de espacios históricos de Cancún fue hasta hace unos 12 años, cuando el entonces alcalde, Gregorio Sánchez Martínez intentó reubicar el Palacio Municipal de Tulum Número 5 y llevarlo a la avenida Kabah, como parte de las obras del Bicentenario en México.
“Si sacaban el Palacio (municipal) del centro, todo lo demás iba a morirse totalmente”, dice Tiziana, entrevistada en el jardín que está a un costado del Palacio Municipal, a unos metros del Galerón de Infratur, el primer edificio que sirvió a los ingenieros y arquitectos que envío el entonces gobierno del presidente Luis Echeverría, para desarrollar los primeros planos de lo que hoy es Cancún.
Recuerda que en los primeros días de agosto del 75, la familia Roma llegaba para quedarse en una ciudad que nacía de la nada, gracias al empuje de un puñado de visionarios mexicanos. Por muchos años su padre tuvo a cargo los dos únicos restaurantes en la playa: Chacmool y Tortugas, frente al azul turquesa y fina arena del Caribe Mexicano, los dos principales elementos que valoró el Gobierno Federal para fundar Cancún.
En aquel entonces, recuerda: “Isla Cancún era un hormiguero de trabajadores de la construcción y camiones de volteo que vaciaban toneladas de sascab, para rellenar lo que más adelante sería la zona hotelera”.
Se lamenta de que “desgraciadamente, es un sentir generalizado de que Cancún carece de identidad, que no tiene historia y que no parece México”.
Sin embargo ella junto con otro grupo de activistas, también cronistas urbanos de Cancún, defiende cada milímetro del espacio que le dio vida a Cancún, principalmente en la zona centro de la ciudad.
A diferencia de otras ciudades de México, por muy pequeñas que sean, tienen la misma característica: plaza principal, una iglesia y el palacio municipal. No es así en el caso de Cancún.
“No se puede culpar a Cancún de un pecado que no cometió; es decir, no ser una ciudad fundada por españoles y no compartir los rasgos de las ciudades coloniales. Entonces para paliar esta supuesta orfandad, A Cancún se le quiere vincular con un pasado que no le corresponde”.
Refiere que fueron los urbanistas Landa y Verdugo, contratados por el Gobierno Federal, los que se inspiraron en Brasilia, capital de Brasil, creada desde cero, a mediados de los cincuentas.
El Plan Maestro del Proyecto Cancún comprendía dos áreas muy marcadas en sus funciones: isla Cancún, una franja costera de 24 kilómetros de largo (que tomó meses en rellenar) y ciudad de apoyo. Y ya desde entonces con su ciclopista, en una primera etapa del kilómetro cero al 10.5.
La cronista urbana destaca lo generoso que ha sido Cancún a lo largo de estos 50 años, que cumple este 20 de abril en medio de una emergencia sanitaria, por la llegada del coronavirus. Sin embargo ella tiene claro que Cancún se volverá a reinventar para mejorar.
Cancún, señala, ha sido más que generoso al darle cabida a miles de personas venidas de todas partes de México, y hasta del mundo para trabajar en la industria turística, que hoy concentra casi 40 mil habitaciones.
Convocó a los ciudadanos a celebrar a Cancún, este 20 de abril: “a celebrar la fundación (desde donde estén) lo permitirá dejar atrás esa sensación de orfandad que tenemos al comparar la nuestra con las demás ciudades del país y del mundo. Querer imitar lo que se hace en otros lugares del mundo, nos hace incapaces a los cancunenses, de valorar la gran riqueza que nuestra propia historia nos provee, con fechas, anécdotas y relatos que conforman las semillas que pueden germinar en la identidad que tanto anhelamos”.