Por Raimon Rosado
Tres de cada diez quintanarroenses, de 25 a 45 años de edad principalmente, podrían enfrentar al menos siete diferentes trastornos psicológicos como: ansiedad, depresión, tendencias suicidas o el llamado “Síndrome de la Cabaña” por los cambios que implica adaptarse a una “Nueva Normalidad”, tras el confinamiento social de más de dos meses por la contingencia del COVID-19, señala la psicóloga, Norma Elizabeth Gómez, integrante de la Red de Atención Psicológica Estatal en Salud Mental.
Al ser una característica propia de muchos seres humanos, la resistencia o el conflicto a adaptarse a los cambios, el regreso paulatino a muchas actividades bajo nuevas dinámicas y disposiciones que formarán parte de la “Nueva Normalidad”, a nivel general tendrá un determinado impacto en cada persona.
Sin embargo, serán las fortalezas internas de cada individuo, sustentadas en la personalidad, redes de apoyo, estabilidad económica y actividades, las que marcarán la diferencia en los efectos que dichas variaciones arrojarán, lo que conllevará en primer término, muchos cambios de conducta emocional, al no saber en muchos casos, cómo comportarse ante la amenaza prevaleciente del contagio de COVID-19.
“Aunque somos más las personas que podemos tener fortaleza y cierta salud mental, puede haber otras que se vean más sensibles y vulnerables a estas nuevas dinámicas y en consecuencia, tres de cada diez personas podrían desarrollar diferentes trastornos psicológicos”, afirmó.
Los problemas de adicciones, trastornos mentales previos, el haber padecido COVID-19 o el haber perdido a un familiar o persona cercana durante la contingencia, pueden incrementar la propensión a sufrir de ansiedad, trastornos pos traumáticos, del sueño, depresión, ansiedad, tendencias suicidas y del llamado “Síndrome de la Cabaña”.
Sobre esta última patología, la psicóloga explicó que corresponde al miedo de salir nuevamente a la calle, a convivir e interactuar con otras personas, entre las que puede existir el riesgo a contagiarse del coronavirus. Lo que destacó, se puede presentar de un modo generalizado en diferentes grados.
Mencionó que el riesgo de dichos trastornos está más latente entre las personas de 25 a 45 años, que por ser gente en edad productiva, requieren en mayor medida retornar a sus actividades bajo la “Nueva Normalidad”.
Señaló que a través de la Red de Atención Psicológica que el Gobierno del Estado coordina para brindar atención psicológica vía telefónica durante la pandemia, han brindado 25 atenciones a personas que manifiestan sentir miedo a dejar el confinamiento en el que se encuentran desde hace dos meses. Entre ellos, destacó los casos de tres personas que lograron superar la enfermedad del COVID-19 y una más de una mujer con trastorno de ansiedad, por no haber podido diagnosticársele si estuvo o no enferma.
Mencionó otros dos casos, de pacientes que sufren de hipertensión y VIH, que se encontraban muy preocupados por la vulnerabilidad de su estado de salud, al tener que regresar a sus actividades cotidianas, durante el mes que hoy comienza.