Quintana Roo

La pandemia dejó desempleos

Por Lusio Kauil

 

JOSE MARIA MORELOS, 17 de junio.- Carlos Chan es un joven de apenas 16 años, y a su edad está ya viviendo su primera experiencia como trabajador desempleado, porque donde laborada, una fábrica de ropa ubicada en la ciudad de Mérida, Yucatán, le dieron de baja en marzo pasado, casi al inicio del distanciamiento social por el coronavirus.

En la fábrica de ropa no tenía un trabajo fijo, pues cada mañana que llegaba le asignaban una tarea; algunas veces como estibador, otras como cargador, y en otros casos como seleccionador de las prendas que se confeccionaban en esa maquiladora.

Pero, ahora por el caso del coronavirus, Carlos Chan está de regreso a su pueblo, la villa de Dziuché, y desde ahí ha buscado la manera de estar ocupado en diversos trabajos, para ganar algo de dinero y, con ello apoyar a su familia. Él espera que termine la contingencia para que vuelva a viajar a Mérida, Yucatán, y vea la posibilidad de que lo recontraten en la fábrica de ropa denominada Vertical.

Carlos Chan tiene apenas unos 16 años, pero la necesidad lo obligó a integrarse al trabajo desde los 15 años, cuando apenas terminaba la secundaria; desde luego, el trabajo no le ha impedido que continúe con sus estudios. En la actualidad, confió, está cursando el bachillerato.

El joven también tiene otra faceta de su vida, pues también sabe tocar algunos instrumentos musicales como la conga, los timbales y la batería. En marzo pasado, después del inicio del distanciamiento social el grupo donde tocaba, principalmente los fines de semana, le cancelaron varias “tocadas” (participaciones) en las cuales ya tenían contratado sus servicios.

Y es que Carlos Chan, proviene de una familia de músicos, pero ya en los últimos años, con masificación de los DJ y los teclados, los grupos musicales también empezaron a decaer, puesto que los contratos de trabajo empezaron a escasear.

El joven confió que ahorita por lo del COVID-19, no hay nada de contrataciones, pero espera que en octubre empiecen a tener “jale” para que también puedan tener ingresos.

El caso de Carlos Chan, es el ejemplo de muchos jóvenes morelenses que regresaron a sus comunidades después de que fueran despedidos de sus centros de trabajo.