Yucatán

Francisco Villa

Por I.M. Ortuno

Conocido mundialmente como “Pancho” Villa, Francisco Villa (1878-1923) nació en la hacienda de Río Grande, jurisdicción de San Juan del Río, Durango, hijo de Agustín Arango y de Micaela Quiñones Arámbula. Dedicado desde la infancia a las labores del campo, pronto fue excelente caballista, huérfano, todavía adolescente, jefe de familia, defiende a una hermana ofendida por uno de los dueños de la hacienda en cuyas tierras trabaja y que abandona para rehuir la persecución de una justicia parcial. Cambia entonces, su nombre de Doroteo Arango, por el que se hizo famoso, no sólo en la historia de la Revolución Mexicana, sino en todo el mundo, que le conoce como “Pancho” Villa.

Los hechos de los años anteriores, su adhesión a la campaña de Madero, señalan las fallas del hombre rudo e impulsivo, dependiente de una sociedad que le tolera, o que le acosa cuando le considera fuera de su propia ley. Villa se une a la campaña maderista en 1909 bajo la influencia de don Abraham González, Gobernador a la sazón del Estado de Chihuahua. Aunque Villa no había tenido educación escolar, sus actividades comerciales le habían hecho aprender a leer y a escribir.

Su compromiso de levantarse en armas contra la dictadura del General Porfirio Díaz, lo cumple el 17 de noviembre de 1910 al atacar la hacienda de Chavarría, Chihuahua, al que le siguen los encuentros de San Andrés, Las Escobas y Ciudad Camargo.

Desde un principio se destacaron sus dotes como combatiente y organizador, ayudados por el exacto conocimiento del terreno que pisaba. Conoció al jefe de la Revolución, don Francisco I. Madero, en la hacienda Bustillos, al que se presentó con regular número de tropa disciplinada y bien pertrechada, recibió entonces el grado de coronel.

Es significativo que ya figurara entre militares de mayor historia entre los que concurrieron a la junta convocada por Madero el primero de mayo de 1911, frente a Ciudad Juárez, para concertar la paz. De acuerdo con Pascual Orozco, Villa ataca Ciudad Juárez y obtiene uno de los primeros y más señalados triunfos de la Revolución incipiente.

Al triunfo de la lucha armada, Villa regresa a sus ocupaciones de comerciante. Radicado en la ciudad de Chihuahua, fue introductor de ganado y dueño de varias carnicerías. Su nueva etapa en los campos de batalla se inicia al producirse la rebelión de Pascual Orozco. Combate en territorio de Chihuahua y Durango en donde engrosó sus filas. En torreón se incorpora a Victoriano Huerta, encargado por el Gobierno de Madero para someter a los orozquistas.

Por su lealtad y méritos en campaña asciende a General Brigadier Honorario, triunfa en Conejos y en la importante acción de Rellano. El recelo de Victoriano Huerta le provoca dificultades, y estuvo a punto de ser fusilado. Remitido preso a la ciudad de México, se fuga de la cárcel de México en 1912 y, pasando por Guadalajara y Manzanillo, entra a los Estados Unidos. Regresa al país a la muerte de Madero; se interna por Chihuahua con sólo 8 hombres, a los que se unirán pronto miles de soldados que lo han de seguir en sus futuras acciones de guerra.