Por Delfín Quezada Domínguez
En días pasados asistí como invitado al evento denominado “Foros ciudadanos de Agroecología”, convocado por la Unión Nacional de Trabajadores, Frente Amplio Social-Yucatán y UNORCA, para hablar sobre el Medio Ambiente y los impactos que ha tenido actualmente ante la voracidad del neoliberalismo. Grande fue mi sorpresa por los expertos que expusieron temas sobre el uso de pesticidas y herbicidas en la agricultura y de las fatales consecuencias colaterales que ha tenido en otras actividades agropecuarias como la apicultura, así como en la salud humana.
Ante tales noticias, lo único que podemos decir es que los avances tecnológicos han provocado reacciones muchas veces totalmente opuestas, desde quienes plantean un crecimiento sin límites que permitiría a todos nadar en la abundancia, hasta los que ven en esos progresos una deshumanización del hombre y un futuro sin perspectivas debido, entre otras cosas, a la degradación del medio ambiente y la destrucción o agotamiento de las especies. Debemos reconocer que existen problemas muy graves debido a usos incorrectos, inapropiados o simplemente sin control, de determinados desarrollos tecnológicos, pero creemos que la responsabilidad no es de la tecnología, sino más bien de quienes, en un desmedido afán de comodidad, de lucro, de poder, utilizan los recursos tecnológicos sin analizar previamente las consecuencias ecológicas, sociales y humanas que su uso y abuso han traído como consecuencia.
Pero esto tiene que ver con la poca atención que se le ha dado al factor medio ambiental en este sexenio que está por terminar. Especialistas en la materia aseguran que no hubo prioridad en el tema medioambiental a nivel federal. Por ejemplo, podemos decir que de los 266 compromisos que se firmaron ante Notario Público en campaña en la materia, se cumplieron UNICAMENTE 2. Estos dos compromisos son un indicador claro del poco interés y relevancia que tuvo la agenda medioambiental de Peña Nieto. “No sólo fue un tema ausente, sino que hubo una gran complicidad del gobierno que está por finalizar con la destrucción ambiental” (Leticia Merino Peréz; Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM; 2018). Para varios investigadores de la Máxima Casa de Estudios de México, la agenda medioambiental de este sexenio tuvo una actitud poco seria, en donde la frivolidad y los intereses particulares estuvieron muy presentes por encima del interés público.
Como muestra de lo antes señalado, el presupuesto nacional para este rubro se redujo año con año. La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) recibió 56 mil 436 millones de pesos, y ya para finalizar la gestión actual, la dependencia obtuvo solamente 37 mil 580 millones. Si comparamos el presupuesto de 2018 con lo asignado en 2013, vemos que hubo una reducción de más del 35 por ciento. Esto impactó en todas las dependencias del sector ambiental. Entonces, si la Secretaría responsable no tiene presupuesto, es imposible cuidar los bosques, playas, mares, los temas vinculados al agua, etc., trayendo como consecuencia tala inmoderada de bosques y praderas, depredación y casi extinción de fauna y flora marina y terrestre, vertimientos nocivos en ríos y lagunas, basura, y muchos etcéteras.
En fin, el principal retroceso en este Gobierno fue haber hecho un recorte presupuestal a este sector. Más allá del incumplimiento de los 264 compromisos faltantes y hechos durante campaña, el gobierno de Peña Nieto llevará a cuestas varios desastres ambientales, tales como: La casi extinción de la vaquita marina, en el Golfo de California, la cual vio morir casi el 90 por ciento durante este mandato, la depredación de las especies de mar en Yucatán como el pepino de mar, el mero y pulpo, mares y costas sucias; además, el presidente se despide con decenas de personas asesinadas defensoras de las causas ambientalistas. Los mexicanos sufriremos las consecuencias por no haber puesto el tema como prioridad; menos recursos, menos especies endémicas, expropiación de tierras a las comunidades, y muchos etcéteras. El próximo Gobierno a cargo de AMLO enfrentará grandes retos en materia que deberán ser abordados con la participación de expertos, etno-ambientalistas, académicos y sociedad en general, pero con un enfoque social y no solamente económico o político como ha ocurrido en esta administración y también en las anteriores.
Como señalan los integrantes del Seminario Universitario de Estudios sobre Sociedad, Instituciones y Recursos de la UNAM “Se van dejando cuentas muy negras y deterioro que en muchos casos es y será irreversible. Debe de haber un compromiso del próximo gobierno por revertir esta situación y tomar los temas ambientales en serio y no como temas meramente de “folclore”. Los integrantes de ese seminario lamentan que el medio ambiente no haya sido prioridad en este sexenio, pues debería serlo para todos los gobiernos, porque al cuidar el medio ambiente estamos preservando la vida, podríamos decir que el cuidado de los recursos naturales es un asunto de seguridad nacional; permite la preservación del Estado mismo, le permite ser soberano”.