Yucatán

Las Encíclicas Papales

Pilar Faller Menéndez

El término Encíclica proviene del latín Encyclia y del griego ekkylios que significa “envolver en círculo”, que también da origen a la palabra enciclopedia. El origen de las Encíclicas se encuentra en las epístolas del Nuevo Testamento, consideradas como los documentos más importantes que escriben los Pontífices, las cuales por lo general están redactadas en latín, que es el idioma oficial de la Santa Sede, las cuales son traducidas a las principales lenguas del mundo.

Los investigadores no han podido determinar cuál fue la primera encíclica de la historia, pero se menciona la del Papa Benedicto XIX quien en escribió su primera encíclica titulada Urbi primum la cual habla sobre la función de los obispos. Algunas fuentes mantienen que ésta fue escrita en el año de 1740 y otras en el año de 1766.

Para tener una mayor claridad de su función, éstas son cartas solemnes que abordan asuntos de la Iglesia, o bien, puntos de la doctrina católica que el Papa dirige, tanto a los obispos como a los fieles católicos del mundo, en las cuales se abordan asuntos religiosos, temas sociales, éticos o morales frente a los hechos o acontecimientos del momento que se esté viviendo, con el fin de que la doctrina se conserve y se acople a la evolución de los tiempos, según los nuevos conceptos y comportamientos sociales evidentes.

Las encíclicas definen la posición de la Iglesia Católica, y después de la Constitución Apostólica son el segundo documento más relevante que emiten los Papas y que combaten a las concepciones distintas de los principios católicos de cada tiempo. Su propósito es conservar el dogmatismo religioso, ante las diferentes acciones, acepciones, o bien, tendencias filosóficas distintas y adaptarse a la realidad política, social y filosófica que se encuentra en constante evolución, a fin de no alejarse de la realidad mundial que se vive con los adelantos constantes de la ciencia y la tecnología.

Son los mismos pontífices quienes definen cuándo deben expedirse las encíclicas. Un ejemplo de estas encíclicas es la que escribió el Papa Pío XI sobre el matrimonio cristiano, y que se dio a conocer con el nombre de Casti Connubii (Castidad en el matrimonio), la cual se dio a conocer el 31 de diciembre de 1930, en la cual se repudiaba el divorcio. El Papa Paulo VI publicó la encíclica Humanae Vitae (Vida Humana), en la cual condenaba el aborto.

El primer Papa que después de 7 siglos que renunció al papado, Benedicto XVI, redactó 3 encíclicas durante los 7 años de su papado, una de ellas fue Deus caritas est, (Dios es amor), en la cual se refería al amor y a la caridad eclesiástica, encíclica en la cual muestra la filosofía dogmática de orientación al clero.

A través de los siglos y los papados existen cerca de 297 encíclicas papales, las cuales tocan diferentes temas, dependiendo el tiempo que se esté viviendo. Pío XII escribió 10 encíclicas sobre la guerra y la paz, la mayoría de éstas después de 1945, al finalizar la Segunda Guerra Mundial. Tres de sus encíclicas en protesta de la invasión soviética en Hungría, con el fin de reprimir la Revolución húngara de 1956. Paulo VI escribió sobre la guerra en Vietnam, San Juan Pablo II, publicó una protesta contra la guerra en Irak y se manifestó también a través de sus discursos. Fueron 14 las encíclicas que escribió en las que se refirió a un Cristo Redentor, a la dignidad del hombre y a la defensa de sus derechos.

Rerum novarum (De las cosas nuevas), fue la primera encíclica social que se dictó en 1891 por el Papa León XIII, en la cual criticaba las condiciones de trabajo inhumanas de la clase obrera, y fue considerada como una de las más influyentes de la historia, cuando la revolución industrial transformó las relaciones de trabajo en el mundo.

Pacem in terris (Paz en la tierra) de Juan XXIII, escrita en 1963, era una invitación a la paz entre todas las naciones, y una condena a la carrera armamentista, durante la Guerra fría. “Es imposible pensar que en la era atómica la guerra pueda ser utilizada como instrumento de justicia”, dijo.

El Papa Francisco ya ha dictado dos encíclicas: Lumen Fidei (La luz de la fe), en julio de 2013 en la cual habla de la unión estable entre el hombre y la mujer. Laudato Si (Alabado seas), salió a la luz en junio de 2015, encíclica en la cual se refiere a aspectos ambientales e invita a salvar al planeta.

Tanto en su peregrinar por el mundo, como en sus sermones y discursos, las encíclicas son un hecho fehaciente de que la Iglesia Católica, a través de su historia, ha estado involucrada en los asuntos mundiales y no permanece expectante de éstos, sino que se expresan a través de sus encíclicas en las cuales muestran su posición ante lo que ocurre en el mundo.