A sus 80 años de fundación, el Instituto Nacional de Antropología e Historia tiene en Yucatán el Centro de Investigación más grande de su tipo en el país, el cual no sólo se dedica a la conservación del patrimonio histórico cultural tangible e intangible, sino que tiene una estrecha vigilancia sobre las normas y leyes que regulan el desarrollo social y económico de la Entidad.
El director del Centro INAH Yucatán, Eduardo López Calzada, dijo que por ese motivo la celebración de los 80 años de la institución tiene como marco una serie de actividades que se realizarán durante todo este 2019.
Recordó que el director general del INAH, Diego Prieto Hernández, vino precisamente a Mérida el 1 de febrero en el inicio de dichos festejos. En esa ocasión se entregaron un par de bienes culturales bajo resguardo del Instituto al Gobierno del Estado y al municipio, que consignan hechos históricos de importancia cultural para la Entidad.
Las placas
Al Ejecutivo yucateco se le dio una placa que habla sobre la designación de uno de los gobernadores que, dicho sea de paso, trabajó con austeridad, incluso, citan las fuentes, pudo obsequiar parte de su salario para la realización de ciertas obras en la ciudad de Mérida en su período de gobernador.
La placa está dispuesta en el Palacio de Gobierno para que una vez que se conozca pueda ser colocada en alguno de los muros, dijo López Calzada.
La placa, que en un principio estuvo en las llamadas Casas Reales, hoy Palacio de Gobierno, refleja un momento muy particular de la historia de Yucatán, ya que fue entregada al rey Felipe Quinto y a Juan José Vértiz y Hontañón, gobernador de Yucatán a inicios del siglo XVIII, un período de gobierno que se caracterizó por realizar un trabajo reformador que contribuyó a fomentar la realización de diversas obras públicas y a impulsar una política de austeridad única en su tiempo.
Señaló que al Ayuntamiento se le entregó una placa que consigna la Constitución de Cádiz, que es una de las primeras que reconoce los derechos de los indígenas y que para las Américas es muy importante por la época, ya que Yucatán retoma los principios de dicha Constitución que luego dio pie a la Constitución mexicana como república en 1824.
“Hemos hecho una serie de actividades tanto en el Museo Regional Palacio Cantón como en el Centro INAH y en zonas arqueológicas. Anteayer tuvimos una jornada en Dzibilchaltún de capacitación en materia de guías de turistas y personal de custodia, y la parte jurídica para insistir en el trabajo de carácter normativo”, dijo.
Esta semana, en el Museo Regional de Antropología e Historia, se realizan las jornadas del derrotero de la importancia de la socio lingüística que el Instituto desde hace 10 años formalizó su sección en el Centro INAH.
Investigadores
El director informó que la institución cuenta con 48 investigadores de base, “pero tenemos otros tantos que están en formación o que participan directamente en los proyectos, calculamos que son alrededor, y eso es relativo en temporadas de campo, de 20 a 25 investigadores más; es decir, hoy por hoy es el centro de mayor número de investigadores, de restauradores somos ocho y otros seis arquitectos que ven la parte de monumentos históricos”.
Asimismo, dijo que en el INAH laboran más o menos alrededor de 280 trabajadores, a los que se suma personal eventual, que “aunque no es mucho, siempre está atingente a las demandas en zonas arqueológicas y en el jurídico”.
También comentó que, en el caso del Centro Histórico de Mérida, el INAH imparte criterios en materia de normatividad de la preservación del patrimonio cultural, pues se trata del segundo más grande del país, luego de la Ciudad de México, y que ofrece un reto muy particular.
“En segunda instancia se ha colaborado en instrumentos normativos del orden estatal y municipal. El peso de la norma la compartimos el Ayuntamiento con el INAH, toda vez que ellos dan los permisos de construcción y nosotros las autorizaciones del proyecto de intervención que van muy de la mano”, indicó.
Demora
A la pregunta de por qué hay gente que señala que la institución se tarda mucho en liberar un permiso, respondió: “No es que se tarde el INAH, es decir, hay procesos que llevan más tiempo que otros, porque precisamente lo que se analiza son proyectos de intervención que deben ser corregidos por los particulares, los promoventes”.
“Y ahí tenemos una pléyade de arquitectos, constructores, ingenieros y demás gestores, que intervienen en la procuración de las autorizaciones. Y el Ayuntamiento otorga las que de sí son suyas como facultades en el uso de suelo, las áreas verdes, la jurisdicción de predios, tiene que ser estrecho el trabajo”, agregó.
López Calzada informó que “ya tenemos un convenio de colaboración que hace más corresponsable a todos, porque el objetivo es común y esperamos que con el paso del tiempo podamos ser más expeditos en las autorizaciones siempre y cuando los profesionales de la construcción nos ayuden a perfilar los proyectos de manera más rápida”.
“A pesar de los pesares y según nuestros datos no hay tantas incidencias si tenemos en cuenta que son 4 mil inmuebles, tenemos identificados muy bien los edificios en riesgo que disminuyeron de 30 a muchos menos, algunos ya con demoliciones parciales. Las suspensiones de obra son constantes, en la medida en que se vulnere la normatividad o no se respete lo que se autorizó”, finalizó.
(Rafael Gómez Chi)