Ana María Ancona Teigell
“Con la Violencia olvidamos
quiénes somos.”
Mary McCarthy.
Si no rechazamos la violencia, indiferencia y egoísmo, podemos destruir la unidad de un país y un Estado. Porque la única alternativa para combatirla es la educación, mediación y diálogo.
El otro día estando en Prodemefa (Procuraduría para la Defensa del Menor y la Familia) acompañando a Gabriela Ramos Cerino, para cumplir con el requerimiento de presentarse en la agencia 29 de Fiscalía, cuya titular es la Lic. Arminda Guadalupe Ciau Flores y la dejen de amedrentar, hostigar, amenazar, agentes investigadores de esa institución, como lo hicieron el sábado pasado en el Cecofay (Centro de Convivencia Familiar de Yucatán), mientras ella checaba con su abogado la asquerosa demanda que le puso su ex pareja, que me pregunto: “¿Cómo un padre puede expresarse así y con tantas mentiras de la madre de su hijo?”.
Salí y me senté en la salita de espera. Junto a mí estaba una pareja con un niño de 5 años, llegó una persona de Prodemefa y le dijo al matrimonio: “Ni modos, el niño se va a ir con su mamá (que lo maltrata) o si no lo mandamos al Caimede (Centro de Atención al Menor en Desamparo).
A lo que el niño respondió: “No quiero irme con mi mamá, me trata mal y su pareja me pega. Quiero estar con mis abuelos”.
Al escuchar esto le pregunté al abuelo por qué no denunciaban a su hija y pedían a la Procuradora de la Prodemefa, Lic. Teresita de Jesús Anguán Zapata, que les diera la custodia provisional, ya que el menor tiene la red familiar, que son ellos.
Me contestó: “Porque aquí en la agencia 29 de la Fiscalía no quieren aceptarnos la denuncia, no nos permiten ponerla porque mi hija nos demandó (demanda menor) por no haberle querido entregar al niño cuando supimos que lo maltrataban y nosotros hemos crecido a nuestro pequeño desde que nació”.
Estuve como dos horas y al niño ninguna psicóloga lo entrevistaba, por lo que pregunté por qué no habían escuchado al menor y me respondieron que porque en lo penal solo tenían a dos especialistas y que estaban saturadas. Preocupante, ¿no?, porque en una institución que ve tantos casos, ¿cómo es posible que sólo haya dos psicólogas?
Le di mi teléfono al abuelo y yo tomé el suyo. Lo acabo de llamar y me dijo que, aunque la mamá y su pareja lo maltratan se lo iban a dar a ella, ya que no quiso demandar a la hija para no ocasionar más problemas. Pero, adivinen ¿qué?, como la hija no tenía credencial de elector y no se lo quisieron dar a los abuelos maternos por estar demandados; cuando yo veía cómo el pequeño abrazaba y se aferraba a las piernas de su abuelo, lo mandaron al Caimede.
La Prodemefa tiene esa especialidad conocida en toda la ciudad, lo dicen la mayoría de los padres que tienen hijos en el Caimede y que muchos llevan años luchando para que se los devuelvan. Carecen de toda sensibilidad, humanidad y la violencia que ejercen sobre estos pequeños que son nuestro futuro la llaman ley.
Una ley teñida de corrupción, impunidad y abuso de poder que manda al infierno, porque todos sabemos cómo viven y tratan a los pequeños y adolescentes en esta institución. Que les exigen a los niños que las llamen “mamis” cuando ellos ya tienen una “mami” y si no obedecen los regañan y castigan. A los más pequeños los encierran en una hamaca y hacen un nudo en la parte de arriba, como si fueran jaulas y los dejan llorar por horas (declaraciones de un menor que estuvo ahí).
Gritos de las “mamis” regañando a un pequeño que no deja de llorar y gritar y el sonido del golpe al dejarlo bruscamente sentado en una silla (declaraciones de una madre que estaba ahí) y muchas cosas más que iremos publicando. Por eso los retienen tanto tiempo, por eso tienen miedo, porque saben que cuando salgan van a comenzar a contar todo lo que les han hecho.
Es tan preocupante lo que viven en ese terrorífico lugar que le pedimos a la presidenta del DIF Yucatán, María Cristina Castillo Espinosa, que tome cartas en el asunto porque es indigno, imperdonable, inhumano, lo que hacen con nuestros niños y adolescentes que son el futuro de nuestro Estado.
Nosotras no pertenecemos a ningún partido político, ni asociación, somos un grupo de mujeres ciudadanas que estamos en la mejor disposición de ayudar y trabajar con ella para que estas atrocidades terminen.
No estamos dispuestas a seguir permitiendo que las Instituciones de este Estado estén violando y vulnerando los derechos humanos de estos pequeños y sus familias. Porque si no respetan lo que les exige la Ley General de Víctimas y la Ley de Protección a mujeres, niños, niñas y adolescentes, deberían ser destituidas de sus cargos.
Hay que sanear y limpiar la basura del personal que labora ahí, ya que esto que está pasando es muy grave y delicado, nuestros niños no se lo merecen y tampoco sus padres y familiares. Ellos merecen crecer en el seno de sus familias rodeados de amor, porque el amor está en la ternura, también en los corazones, en los besos, en la alegría y en las risas que sólo la familia les puede dar.
El amor está en los demás y en la relación con el otro, sea adulto o pequeño. Es necesario para crecer sano y feliz, sirve para vivir con sentimientos, sin amor, no se puede vivir.
Los niños perciben el amor con toda su inocencia, con toda su lucidez. Y, quién no lo perciba así, que se quede en los tormentos de su vida adulta y que se hunda en el pantano de sus frustraciones y desgracias, pero que no destruya la bella etapa de la infancia.