Roldán Peniche Barrera
Yucatán Insólito
“Allá en el camino real… hay un hombre aparecidooooo…”, reza la muletilla de un viejo son cubano o colombiano. Pero sólo se trata de una melodía; en cambio el episodio ocurrido a nuestro buen amigo el optometrista D. Jorge Mañé (a quien tuve el gusto de conocer gracias a los buenos oficios del antropólogo Indalecio Cardeña, director de la Pinacoteca Gamboa Guzmán) es del todo cierto. Y esto le acaeció -ya lo hemos dicho- a él mismo por lo que no necesita de testigos para confiarnos su espeluznante experiencia.
Nos cuenta el Dr. Mañé que el 20 de noviembre del año próximo pasado, a eso de las 12:40 (era la madrugada) él se encontraba en su estudio navegando en su computadora. Muy entretenido estaba cuando escuchó claramente tres golpes en su puerta. El hecho pareció no importarle gran cosa y continuó su navegación -pasatiempo que él practica todas las noches, siendo, como lo es, además, aficionado a la astronomía y fabricante de telescopios-. Mas de pronto se escucharon de nuevo los golpes… y una tercera vez. El Sr. Mañé entonces se inquietó: ¿Quién pudiera ser aquél o aquélla que le tocaba a tal hora de la madrugada? ¿Se trataría de alguna emergencia? ¿De algún accidente? Pero también pensó en la posibilidad de un intruso, un ladrón o delincuente que inclusive pudiera atacarlo físicamente. Además, ¿cómo había accedido tal persona hasta la misma puerta de su cuarto si antes era preciso abrir una ruidosa reja para entrar a la terraza y de ahí enfilarse hasta dicha puerta de su cuarto? Y la realidad es que no había escuchado para nada el ruido que hace la reja al abrirse, ni sentido los pasos de cualesquiera que estaba ya tocando a su puerta.
(Continuará)