Un día sí y al otro también, personas que viajan por vía aérea con perros de compañía utilizan el espacio destinado para la relajación de sus ejemplares, con el objetivo de que se tranquilicen y hasta realicen sus necesidades antes de abordar la aeronave.
Como hemos informado, en el jardín del sector norte de la terminal aérea de la capital yucateca se construyó un área donde los canes que llegan algo nerviosos o inquietos puedan incluso comer o beber agua, antes de pasar a la sala de última espera, cuando se trata de perros de compañía.
Es decir, son perros amaestrados y “sociables” que inclusive pueden viajar junto a sus propietarios sujetados de una cuerda, en lugar de la forma tradicional, en un contenedor especial, pero no en el área de pasajeros.
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Otros que son introducidos en contenedores que generalmente viajan en la panza de las aeronaves.
El servicio, a decir de sus propietarios, es único, al menos en el sureste del país, porque les permite a los canes viajar más tranquilos y a quienes se les proporcionan pastillas para evitar que se vomiten.
Eli Gómez llevó a sus acompañantes de cuatro patas a orinar y evitar que se aguanten, por ser la primera vez que viajan en avión. Se trata de dos perros mestizos Kisi y Maqui, que viajaron a Monterrey, lugar donde va a vivir por cuestiones de trabajo.