CAMPECHE, Cam., 5 de octubre.- Este fin de semana llega a su culminación el plazo brindado a los “fiesteros” de la Feria de San Román, que fueron ubicados en el foro Ah Kim Pech a principios de septiembre, cuando iniciaron las festividades en honor al Cristo Negro.
A decir de los “fiesteros”, este año hubo una serie de complicaciones, que se generaron en gran medida por la terquedad del ahora ex presidente municipal Edgar Hernández Hernández.
Este año los “fiesteros” tuvieron que hacerse cargo ellos mismos de aspectos como el de inseguridad, ya que la administración municipal estaba muy ocupada y nerviosa en el proceso de entrega-recepción.
Para el grupo de vendedores de trastes y enseres domésticos provenientes de la Ciudad de México y liderados por Edgar Amador, las cosas no fueron del todo sencillas y el balance no será tan positivo.
“Año con año nos hemos estado enfrentando a que las cosas se ponen más difíciles. Por ejemplo, esta vez durante el tiempo que estuvimos aquí a los compañeros les robaron sus celulares.
“El año pasado a mí me robaron la batería del carro y a otro un acumulador. Este tipo de cosas no las consideran las autoridades ni la gente, ya que muchas veces se piensa, que por venir de fuera, somos nosotros los que venimos robando”, declaró.
Este tipo de situaciones ponen en claro la falta de organización dentro de una feria que por su magnitud, debiera brindar las debidas garantías de seguridad tanto para los visitantes como para los que brindan algún servicio. Y esto con más razón, cuando los precios que deben pagar los locatarios por instalarse dentro del foro, resultan ser excesivamente altos en comparación de otros estados a los que visitan.
“Es muy caro aquí. Venimos de trabajar en Ciudad del Carmen y no se compara en nada a lo que pagamos aquí. Ahí pagamos 2 mil por metro cuadrado, aquí pagamos de 5 a 9 mil por metro cuadrado y con trabajo contamos con servicios básicos como el agua. El problema inició hace como tres años cuando todo esto se privatizó. Nuestra principal preocupación es tener que pagar esa cantidad y luego no poder recuperar lo invertido”.
Este tipo de situaciones hace que los “fiesteros” duden cada vez más en venir a la ciudad. Y es que resulta cada vez más común acudir a la feria y observar la poca concurrencia, a la gente visitar pero no comprar. “Y lo comprendemos, sabemos que no es culpa de la gente. Si la gente ve que cada año los precios suben cada vez más, obviamente no van a consumir. Sin embargo, nosotros tenemos que adecuar nuestros precios a los cambios que encontramos al arriesgarnos al venir aquí. Y es una lástima porque son años los que llevamos viniendo a esta tradicional fiesta”, finalizó.
(Redacción / POR ESTO!)