Víctor Salas
Obra interpretada en el Teatro Juan de la Cabada
Juan Cabello, autor y director de la obra El Cuerpo de Mercutio, utilizó el tema de la muerte para hurgar de manera magistral, con las posibles vivencias del más allá, donde a los cuerpos no los presenta como esqueléticos personajes inactivos, sino como seres que continúan jalando el hilo entre el ser y no ser.
Para su trama utiliza a los personajes de la tragedia de Romeo y Julieta, entrando a un nuevo ámbito en la recreación de las obras de Shakespeare, y lo hace creando atmósferas que van de la fantasía doméstica a los efectos cinematográficos.
Durante noventa minutos todo el público se mantiene atento al desenvolvimiento de la obra, actuada de una manera vigorosa y perfectamente delineada por dos actores y tres actrices a quienes les vino como anillo al dedo las demandas del autor y director, Juan Cabello.
En inteligente diseño del programa de mano se obtiene la información necesaria para que podamos reconocer el trabajo de cada artista. Solo tiene una deficiencia, se dicen los nombres propios de los actores, pero no el del personaje que caracterizan. Así pues, diremos que Romeo resulta magnifico en su papel, contribuyendo a ello, su musculoso cuerpo, su guapa cara de muchacho ocurrente y su dominio de la expresión corporal.
Aunque la obra se llama El Cuerpo de Mercutio, la mitad de ella es actuada por Romeo, quien busca denodadamente el cuerpo de su amigo porque no acepta su ausencia del mundo de los vivos.
Mercutio, es convincente desde su estampa, cuyos rasgos físicos coinciden con el concepto de la belleza clásica o grecolatina. El rostro del actor, por momentos asemeja al David de Miguel Ángel.
Él es un fino antagonista de Romeo, por su estatura, color de piel y cabellos. Las escenas de ambos encandilan por la calidad de sus voces y las entonaciones que logran con ellas. Y aunque las escenas son de una dinámica tremenda, nunca se les ve agitados o agotados.
Por donde se le mire, de la obra brota sabiduría. Las llamadas tres brujas son el exacto punto de equilibrio para cada escena. Las dos jóvenes, lucen muy guapas, voluptuosas y dueñas de sí mismas. Encantan con todo lo que llevan encima. Y la tercera, es una adulta que figura como un ánima en pena, cuyo alto cuerpo, voz gruesa y sabia, redondea las actuaciones femeninas.
Interviene un personaje incidental, el más adulto, quizá, que coadyuva al sentido mistérico de la obra.
En realidad, como una buena pieza literaria, podemos darle a la obra varias interpretaciones. Una de ellas es el no querer dejar que el muerto realice su viaje al más allá de manera tranquila. Lo que significaría, no aceptar la muerte de un ser querido. Estas dos ideas, son un tanto distantes de la explicación que de ella hace el autor, pero creo que su plus está depositado en ese sentido de la plurinterpretación.
Los actores fueron Antonio Alcántara, Roldán Ramírez, Alonso Iñiguez, Aarón Ortega y Karim Torres. Las actrices, Geralldy Nájera, Xochitl López y Teresa Ibarra.
Al finalizar la obra se les brindo una larga ovación y después de ella, Romeo, dio las gracias al Gobernador Carlos Aysa González y al Secretario de Cultura Elio Carrillo, por todas “las facilidades a Nocturno Teatro (nombre de la compañía), para realizar esta temporada teatral”, que concluyó el sábado 26 de octubre.