En la ampliación de la colonia San Nicolás, a las orillas de la extensión de La Caleta en la calle Miramar, vecinos han logrado su cometido y ya terminaron de construir pequeñas viviendas, que utilizan como espacio recreativo, basurero clandestino y una extensión más de su propiedad, pese a ser área natural protegida; a la fecha, autoridades no han acudido a verificar la situación.
La lente de POR ESTO! ha informado oportunamente la situación en la ampliación de la colonia San Nicolás, en la que vecinos se han adueñado del manglar para construir espacios tipo vivienda, que utilizan como una extensión más de su casa, pese a ser un área natural protegida.
El arroyo de La Caleta, se encuentra cada día más contaminado, aunque existen letreros de depositar la basura en su lugar, en las palmas, el mangle y el cuerpo de agua, hay sinfín de plásticos, metales, electrodomésticos, papeles, entre otros que se han convertido en parte de la zona, contaminando y perjudicando a la fauna de la zona.
Las inacciones por parte del Gobierno Municipal se dejan ver porque no regulan los pedazos de terreno que le corresponden a cada habitante de la zona, y no hay presencia por parte de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente en el Estado o la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales Campeche, que han permitido la proliferación de construcciones.
La lente de POR ESTO! captó las pequeñas chozas ya mejoradas con madera, techo y espacios para que los mismos habitantes utilicen la zona como área de esparcimiento, mientras aumenta la basura entre el manglar y continúa la apropiación del terreno federal y protegido.
Ni a quién le interese
A las autoridades municipales y estatales no les interesa el problema que se ha denunciado oportunamente, ya que no hay acciones para evitar que sigan aumentando las construcciones al interior del manglar y que perjudicar la flora y fauna del ecosistema.
Asimismo, las nulas campañas de saneamiento, así como indiferencia ante quienes incurren en tirar la basura a la natural, propician que prolifere la contaminación en la zona.
(Texto: Dayana Alcalá /
Fotos: Carlos Valdemar)