CAMPECHE, Cam., 6 de febrero.- El mercado principal “Pedro Sainz de Baranda” se encuentra invadido de ladrones, donde, al cesar los recorridos policiacos pie-tierra, volvieron a actuar contra los pequeños comerciantes.
En menos de cinco días, locatarios han sido víctimas de los malandros, los cuales, haciendo uso de distracciones al momento de atender a clientes, se logran apoderar de artículos menores; pero que a largo plazo afectan.
Los responsables de los hechos ya son identificados por las víctimas, malvivientes sin hogar, los cuales utilizan los pasillos para el robo a comerciantes y “carterismo”.
Sumándose a esto hecho, en las inmediaciones de la central de abasto es sabido por autoridades policiacas y ministeriales de la creciente venta de narcóticos, donde intercambian los “tóxicos” por artículos.
Cabe señalar que otra de las inconformidades por parte de los comerciantes es la presencia de mujeres de la vida galante, que se andan paseando por los pasillos del mercado y el pasaje “San Pedro” en busca de clientes, donde, en algunas ocasiones, venden sus caricias a cambio de artículos por parte de los ladrones.
Entre los sujetos se encuentra “El Jairo”, “El Ultra”, “El Pantera”, “El Conejo” y “El Chino”, entre otros, los cuales han protagonizado peleas, algunas con trágicos finales, tal como el caso del joven identificado bajo el mote de “La Ardilla”, quien contaba con 18 años y murió en el mercado a manos de otro ladrón cuando disputaban las ganancias de un atraco.
A pesar de la reincidencia de los malvivientes, siempre han sido puestos en libertad, donde al tener diversas demandas, el monto de lo robado siempre es mínimo para la ley, por lo que al recobrar su libertad continúan delinquiendo.
Debido a la precaria situación que se vive en el mercado, se solicita, nuevamente, los recorridos de la Policía Estatal Preventiva, donde en los meses que se mantuvo activa, los robos, las peleas y los hechos delictivos e inmorales descendieron gradualmente, ya que los “indeseables” al ser reconocidos por los “agentes de negro” eran correteados.
(Dismar Herrera)