Campeche

Jorobados en la sociedad maya prehispánica

CAMPECHE, Cam., 25 de abril.- Para Cristian Praguer, otra de las funciones de los enanos era la de probar la calidad de los productos y, en este caso, un enano está probando las bebidas mientras que el otro enseña la particularidad del espejo.

Incluso, expone que como componentes de la máquina de Estado y formando parte del cuerpo jerarquizado de gente de la esfera de poder, hubo presencia de hombres jorobados que desempeñaron destacadas funciones en la organización del Estado maya.

Como ejemplo, describe que con un fondo rojo y cartuchos jeroglíficos, vemos en la vasija policroma K3092 en escena fuera de palacio a un personaje del alto mando militar, vestido con ropaje, insignias y tocado de guerra y, frente a él, sonando la trompeta guerrera, regiamente vestido, a un joven miembro de su corte, de estatura promedio que presenta hipercifosis dorsal, mientras que detrás del mandatario militar hay una persona portando un atl-atl.

También como miembros de la máquina de Estado, en otra escena de palacio, en el vaso policromo K3050, se observa al Ahau sentado en la banqueta de principales y, frente a él, dos personajes vestidos con faldellín y tocados zoomorfos que le hacen entrega de objetos.

Considera que tal vez sean miembros de su jerarquía de recaudadores de tributo. De estas dos personas, la primera, con tocado de felino que le proporciona los objetos al gobernante, es un anciano de estatura promedio que presenta cifosis total.

En el vaso policromo K5093, como parte del cuerpo jerarquizado de servidores del Ahau, tres personas con el torso desnudo vistiendo faldellín y tocado hacen movimiento con las manos y parecen hablar frente a un gobernante anciano semidesnudo, quien permanece sentado en una banqueta de principales; el hombre de en medio que porta tocado de venado es un jorobado adulto, de estatura promedio y posee hipercifosis dorsal o joroba en la espalda alta.

Otro jorobado, quizá recaudador de tributos al servicio del Ahau, lo vemos en la imagen de palacio del vaso policromo K8774, en el cual dos personajes vestidos lujosamente están sentados frente a un soberano, quien en la banqueta de principales se inclina para recibir una vasija: el primero sentado con las piernas cruzadas, que sostiene con las manos un vaso en actitud de ofrecerlo, es un hombre adulto, de estatura promedio, que tiene hipercifosis dorsal.

Pintores o escribas jorobados

En la sociedad maya, la joroba también la padecieron los pintores o escribas al servicio de la casta dominante. En el vaso estilo códice de la colección Kislak K4010, en un contexto de palacio o en un taller de manufactura, se ve trabajar a dos escribas quienes llevan en sus manos sus pinceles y contenedores de tinta; uno de ellos, el del lado derecho mostrado de perfil, sentado con las piernas cruzadas, dibuja o retoca el asiento de principales de piel de jaguar o cojín de gobernante, es un hombre jorobado adulto de estatura promedio que muestra tener hipercifosis dorsal poco desarrollada.

Algo similar se ve en el vaso K1185, en el que en un taller de decoración o manufactura, dos hombres decoran los asientos de principales o cojín de gobernantes; la persona del lado derecho posee hipercifosis dorsal.

Otra rama del arte en que los jorobados tuvieron presencia fue como miembros de los grupos de danza, lo cual vemos en el vaso policromo K4622, donde frente a un hombre que sostiene un instrumento musical con la mano derecha, están paradas cuatro personas quienes ejecutan movimientos con las manos. La cuarta persona es un adulto del sexo masculino, de estatura promedio, que viste faldellín, prenda larga en el cuello y penacho de plumas del que sale una flor; este personaje presenta hipercifosis dorsal.

Gobernantes mayas con joroba

El arqueólogo, que entre sus descubrimientos se encuentra el espectáculo del descenso del sol en Kankí, señala que la joroba es una patología que también padecieron los gobernantes. Sin importar la casta o el linaje ni la posición económica o política, la joroba también se presentó en personas que ostentaban el poder de Estado.

En el vaso policromo K5093, mencionado en párrafos anteriores, vemos a un gobernante anciano, sentado en la banqueta de principales atendiendo a tres personas probablemente funcionarios a su servicio. El gobernante es de estatura promedio y está vestido con maxtlatl y lleva orejeras, collar y tocado, y presenta cifosis total.

De acuerdo con la civilización maya, al principio “no son los dioses quienes crean al hombre a su imagen y semejanza, sino los hombres quienes hacen a sus dioses como reflejo de su vida social, económica, política o biológica; podemos ver cómo algunos dioses mayas poseían joroba al igual que los hombres de carne y hueso”.

En el vaso policromo K4999, en escena religiosa, se muestra al dios Itzamná con aspecto de anciano, sentado en su asiento de piel de jaguar, siendo atendido por un conejo. El dios es de estatura promedio y al igual que los ancianos terrenales presenta cifosis o inversión de curvatura en la región lumbar.

En la escena religiosa, presente en el vaso estilo códice K1398 del sitio arqueológico El Naranjo, contemplamos parado sobre un mascarón a un conejo que hace entrega de su ajuar al dios L, quien permanece desnudo. La figura antropomorfa o dios L es de estatura promedio, está de pie y refleja la imagen de un anciano, que posee cifosis lumbar o joroba en la espalda baja.

Significa que “en ocasiones al Dios de la Muerte se le representó jorobado en el vaso estilo códice K4013, que en una escena religiosa se le ve parado con las manos extendidas hacia un niño con cola de jaguar puesto de cabeza. Este dios se muestra con estatura promedio y cifosis total”

Otros dioses jorobados los vemos en la página 43 B del códice Dresde, donde la diosa anciana Ixchel tiene cifosis total; de pie y con tocado serpentino, derrama agua de su cántaro; o bien, en la página 59 C del códice Madrid, allí una deidad masculina adulta de estatura promedio, sentada y de perfil, denota hipercifosis dorsal mediante su gran joroba en la espalda alta.

Jorobados enanos

Jorobados de estatura baja convencional con hipercifosis dorsal y torax en quilla revelan que también se ven “como ayudantes en la batalla que libran dioses benévolos en su paso por el inframundo; por ejemplo, en el vaso estilo códice K1560, en una de sus escenas se ve al Dios del Maíz sostener una lucha con uno de los señores del inframundo”.

En el forcejeo, el Dios del Maíz somete al Señor del Inframundo poniéndole el pie derecho sobre el pecho, mientras un joven jorobado de estatura baja convencional lo despoja de su tocado.

En las figurillas, contemplamos a los jorobados enanos desproporcionados acondroplásicos, en una pieza del Clásico Tardío de la colección del INAH Campeche, que representa a un hombre adulto con joroba y tórax en quilla, puesto de pie con las manos sobre la piernas vestido con ex o maxtlatl, turbante y orejeras.

Otra escena distinta está en K8533 donde el Dios del Maíz permanece sentado, mientras un joven jorobado enano proporcionado con hipercifosis dorsal, arrodillado frente a él, asemeja hablarle. Y en K4989, en donde en lugar de las escenas del jorobado frente al Dios del Maíz, notamos a un jorobado enano desproporcionado acondroplásico con hipercifosis dorsal bailando con Ixbalamqué, uno de los gemelos divinos.

Jorobados de estatura baja convencional se visualizan en el vaso policromo K9113, donde parado y con los brazos cruzados frente al Dios del Maíz está un personaje con hipercifosis dorsal, puesto de perfil vestido con ex o maxtlatl, tobilleras, collar, orejeras y penacho.

También resalta que los jorobados también participaron en rituales de decapitación y derramamiento de sangre como nos indica la estela No. 8 de Etzná Campeche (prisma rectangular de 1.75 m de alto; 67 cm de ancho y 33 cm de grosor), donde se hallan dos jorobados puestos de perfil de espalda contra espalda que en sí constituyen un solo personaje visto en sus dos perfiles, el cual es un jorobado adulto de estatura promedio, del sexo masculino y que posee hipercifosis dorsal, que por su vestimenta de ex o maxtatl y atavío de orejeras, collar y brazaletes de cuentas cilíndricas-tubulares, señala a un personaje de la élite.

En esa estela, añade que “la cabeza de un decapitado que sostiene en las manos es indicador que debió participar en un ritual de decapitación y derramamiento de sangre, ceremonia en que los sacerdotes decapitaban a los cautivos para ofrendar su sangre a los dioses. La imagen representa dualidad y simboliza poder, la vida y la muerte, la luz y la oscuridad, la infancia y la ancianidad, (…)”.

De igual forma, fechada por Ruz Litullier para el 28 de junio del 810 d.C., la estela No. 9 del Etzná tiene una representación similar, “allí dos imágenes antropomorfas masculinas colocadas de perfil y de espalda uno al otro corresponden a un solo individuo contemplado en sus dos perfiles, el cual es un jorobado de estatura promedio, anciano del sexo masculino que presenta hipercifosis dorsal. Su tocado en forma de yelmo cabeza de serpiente, complementado con una capa de plumas”.

Además agrega que “sus sandalias con taloneras en forma de flor, faldellín con motivos geométricos y florales, brazaletes de cuentas esféricas y cinturón con el signo de Pop que identifica a los gobernantes, nos habla de un personaje de la casta dominante. La cabeza que sostiene con las manos nos lleva a pensar su participación en un ritual de decapitación y derramamiento de sangre, en que los sacerdotes-gobernantes ofrecían la sangre del decapitado a los dioses. La imagen de la estela igualmente representa dualidad y simboliza poder, la vida y la muerte, la luz y la oscuridad, la infancia y la ancianidad, (…)”.

Conclusiones

García Cruz enumera cuatro categorías de jorobados mayas: de estatura promedio, enanos proporcionados, enanos desproporcionados y de estatura baja convencional. Además de lo anterior, en razón de la joroba como patología, notó la presencia de cinco tipos de jorobados: con hipercifosis dorsal, cifosis lumbar, cifosis total; espondiloepifisiaria displasia congénita y con hipercifosis dorsal y tórax en quilla.

En su análisis, describe que “entre los mayas prehispánicos, las patologías del raquis en el plano sagital se manifestaron en todas las castas sociales y que a los jorobados los mayas prehispánicos los representaron de acuerdo con su cosmovisión en los tres niveles de su universo”.

Por lo cual, en el nivel celestial se ve a dioses jorobados jóvenes de estatura promedio en el Madrid 59C o a jorobados ancianos de estatura promedio, como la diosa Ixchel en Dresde 43B y al dios Itzamná en K4999. En este plano asevera que encontró solamente una imagen antropomorfa jorobada del sexo femenino, se trata de la diosa Ixchel mencionada, lo cual no quiere decir que en la sociedad maya no haya existido mujeres jorobadas, sino que la escasez de datos femeninos reflejados en el nivel celestial nos indica que en la sociedad terrenal los roles económicos y políticos eran desempeñados mayormente por hombres.

En el nivel terrenal se encontró a los jorobados desempeñando labores de comerciantes en la esfera de la circulación y cambio de mercancías o en el consumo de las mismas.

También se le vio ejerciendo como gobernantes o formando parte del cuerpo jerarquizado de hombres al servicio del Ahau, ya sea como recaudadores de tributo o como componentes de su estructura política o militar.

Otra actividad en la que los jorobados se desempeñaron fue en las artes, ya sea como pintores, escribas o danzantes y, por si fuera poco, también como sacerdotes sacrificadores o gobernantes sacrificadores que participaron en rituales de decapitación y derramamiento de sangre.

En el nivel del inframundo, la presencia de jorobados, aparte del dios L y el dios A de la muerte, se vio a los jorobados enanos proporcionados, a los jorobados enanos desproporcionados y a los jorobados de estatura baja convencional, como acompañantes del Dios del Maíz en sus danzas, conversaciones, batallas, ayudándolo a vestirse y frente a el gemelo divino Xbalamqué.

Ante esta descripción iconográfica considera que “en el ámbito simbólico, la interpretación que doy a las imágenes de los jorobados cuando aparecen en el inframundo frente al Dios del Maíz, ayudándolo en sus luchas, entregándole sus prendas de vestir, tocándole su ropaje, acompañándolo en sus danzas, platicando con él, señalándolo con su dedo índice o danzando frente a Xbalamqué, es que en el inframundo la imagen de los jorobados fue tomada para mostrar una alegoría agrícola donde ellos representan a los cultivadores del maíz o a los que poseían maizales”.

Agrega que esto se debe a que “las actividades que realizan los jorobados frente al Dios del Maíz coinciden alegóricamente con las actividades que llevan a cabo los campesinos en el proceso agrícola de producción del maíz”, ya que son los campesinos quienes al traspasar la superficie de la tierra con el bastón plantador y depositar el grano de maíz en el inframundo, luchan junto al grano de maíz para defenderlo de sus adversarios naturales como las aves, junto con la fertilidad de la tierra, la benevolencia del agua, del sol y demás fuerzas de la naturaleza.

También ayudan al maíz a nacer, crecer y a vestirse con su verde ropaje; batallan contra las plagas que atacan a la planta, acarician o tocan sus verdes hojas, platican a la planta cuando pronostican buena o mala cosecha; permanecen frente a la planta del maíz cuando esta planta se agita amenazada por el viento; señalan hacia las plantas cuando surgen los brillantes cabellos de los elotes y, cuando el elote se hace mazorca y lo cosechan, ejecutan ceremonias sagradas donde bailan para dar gracias al Dios del Maíz y a los gemelos divinos por el éxito de la producción.

Ante toda esta referencia iconográfica subraya “que la imagen de los jorobados fue tomada para representar a los cultivadores del maíz en el inframundo, porque en el proceso productivo del maíz, en la etapa de la cosecha, momento cumbre del ciclo agrícola, los campesinos toman una posición jorobada, en el instante en que se colocan el xuxak (canastillo grande hecho de bejuco) en la espalda”.

Este canasto se encuentra atado con un mecapal (correa de cuero con dos cuerdas en los extremos), “se introducen en la milpa y, surco por surco y planta por planta en posición jorobada, desvisten a la mazorca de su envoltura y con movimiento hacia la espalda tiran la mazorca dentro del xuxak; al llenarse este recipiente, se salen de la milpa, lo descargan y repiten la maniobra”.

En el caso por el cual los jorobados también aparecen en el inframundo acompañando en su danza a los gemelos divinos, propone que se debe a la relación que existe entre Hunahpú e Ixbalamqué con el maíz, pues aparte de ser hijos del Dios del Maíz Hun hunahpú (Hun Nal Ye), los gemelos divinos poco antes de nacer se ven envueltos en una escena del Popol Vuh, donde para probar si en verdad habían sido engendrados por Hun Hunahpú, la madre de este dios Ixmucané (vieja, abuela) le ordena a su nuera (Ixquic), que estaba embarazada de los gemelos, que vaya a la milpa a traer una red grande de maíz.

Ante esta petición, frente a una sola planta de esta gramínea y por invocación divina, ve aparecer en su red gran cantidad de mazorcas. Una vez que nacen los gemelos divinos, ya en su juventud para darse a conocer como hijos del Dios del Maíz, ante su madre y su abuela, su primer trabajo es preparar el terreno para la milpa, según cita el Popol Vuh, apunta.

Por lo anterior, afirma que “en el nivel del inframundo, vimos que los jorobados como los enanos comparten entre ambos la característica de bailar con el Dios de Maíz, por lo que en estas representaciones religiosas, cuando un enano, un jorobado o ambos aparecen bailando, puedo pensar que no son bufones, brujos, magos, payasos o seres raros, sino jorobados o enanos pertenecientes a alguna casta de la sociedad, que están participando en un evento o ceremonia donde ejecutan una danza sagrada relacionada con el Dios del Maíz, con los gemelos divinos o ante personajes que representan al Dios del Maíz”.

(POR ESTO! / Campeche)