Un descaro y total burla al pueblo carmelita que se les haya entregado un tranvía de segunda mano, que fuera desechado en Campeche, cuando al municipio se le prometió uno nuevo, pero con el afán de engañar lo pintaron y le pusieron las letras de Carmen, cuando a simple vista se puede observar que hay partes por dentro que tienen hasta óxido, señaló Octavio Balan Sosa, militante de Morena.
Carlos Miguel Aysa González llegó a Ciudad del Carmen con bombos y platillos a entregar un camión turístico como si fuera el máximo galardón que se entregara a los carmelitas y con ello le cumple a Carmen, no faltaron los funcionarios públicos que presumieron en sus redes sociales dicho “logro”, lo cierto es que durante el aniversario 302 de Ciudad del Carmen, el mandatario estatal hizo entrega de un carro usado y oxidado en sus palancas y tablero.
“Es de verdad una vergüenza que como carmelitas nos prestemos a ser el circo de gobiernos que no quieren a Ciudad del Carmen, tenemos que pedir que se nos cumpla lo que prometieron y recuerdo que Alejandro Moreno Cárdenas dijo que se compraría un tranvía nuevo para la Isla, no un camión de helados ni de perros calientes para pasear a la gente”, expresó Balan Sosa.
Asimismo dijo que habría que ver cuánto están metiendo de gasto por ese camión, pues se sabe que en verdad compraron uno y lo dejaron en la capital del Estado, mientras que a los carmelitas le mandaron atole con el dedo haciéndolo pasar como nuevo y que es lo más novedoso.
“Sin duda quienes están representándonos en el Congreso son quienes tienen que levantar la voz, Carmen no merece eso, necesitamos infraestructura para generar turismo y una mejor derrama económica, ya basta que vean a la Isla como segunda opción, la mayoría de recursos salen del municipio y no hay esa remuneración hacia la Isla”, expresó.
Espejismo
Cabe mencionar que en tres años y medio de Gobierno priísta en Campeche, la Isla no ha recibido ninguna obra dentro de la ciudad que beneficie a los carmelitas, en materia turística se habla de muchos millones invertidos, sin embargo, no se ven reflejados.
(Texto y fotos: Ignacio Morales)