
En la comunidad de Nunkiní, municipio de Calkiní, se mantiene viva una de las tradiciones más singulares del Camino Real: la confección y quema del Caballero de Fuego y la Mestiza, figuras simbólicas que cada año son incineradas como parte de los festejos en honor a San Diego de Alcalá, patrono del pueblo.
Este ritual, que se realiza con profunda fe y participación comunitaria, tiene más de 210 años de antigüedad y surgió como un acto de agradecimiento por haber salvado a la población del azote de la viruela negra y el cólera, enfermedades que marcaron la historia local.
¿Qué es el Caballero de Fuego?
Conocido también como Dzulikak, el Caballero de Fuego es un monigote confeccionado con madera, alambres, papel, trapos y vestimenta tradicional, como guayabera, pantalón, sombrero y pañuelos, todos donados por la población. Su elaboración inicia desde temprana hora en la vivienda del señor Filiberto Haas Uc, donde se reúnen los hombres de la comunidad para dar forma a la figura.
Dentro del caballero se colocan petardos, que al momento de la quema explotan y dispersan el contenido, el cual es recogido por habitantes y visitantes, quienes creen que tiene propiedades milagrosas.
Cada año, el caballero recibe un nombre simbólico. En ediciones recientes ha sido llamado Juan Norberto, y su confección es asumida por una sociedad local integrada por más de 160 personas, aunque solo la mitad participa activamente en el proceso.
La Mestiza: compañera ritual del Caballero
Junto al Caballero de Fuego se confecciona la Mestiza, figura femenina que representa el equilibrio espiritual y la presencia de las mujeres en la historia comunitaria. A diferencia del caballero, la mestiza suele recorrer las calles del pueblo antes de ser incinerada, acompañada por música, rezos y expresiones de fe.
Mientras los hombres elaboran las figuras, las mujeres preparan tortillas a mano sobre comal y el tradicional relleno negro, que se comparte en un momento de convivencia comunitaria tras la ceremonia.
Rumbo a la declaratoria como patrimonio cultural
Este año, la Autoridad del Patrimonio Cultural del Estado de Campeche (APCEC), en coordinación con el Ayuntamiento de Calkiní y representantes de Nunkiní, avanza en el proceso para que el Caballero de Fuego sea reconocido como Patrimonio Cultural Inmaterial del Estado.
La iniciativa busca preservar esta tradición, documentar su historia y garantizar su continuidad como parte del legado cultural campechano. El expediente técnico está en desarrollo y se espera que en los próximos meses se formalice la declaratoria.
Esta celebración, que ocurre cada 13 de noviembre, no solo honra al santo patrono, sino que reafirma el sentido de identidad, memoria y resistencia de una comunidad que ha sabido mantener viva su historia a través del fuego.