La pérdida de zonas selváticas en Campeche de 950 mil hectáreas entre 2001 y 2024, según Global Forest Watch, no solo causa efectos devastadores como el cambio climático, sino que a futuro afectará las actividades agropecuarias, poniendo en riesgo la seguridad alimentaria, además de que habría escasez de agua e incluso llevaría a la extinción de especies endémicas del Estado.
Así lo alertó Rodolfo Collí Díaz, biólogo egresado de la Universidad Autónoma de Campeche (Uacam) y especialista en flora y programas de reforestación, al señalar que urge frenar este ecocidio mediante educación ambiental, mayor vigilancia de la Profepa y penas más severas promovidas por los Congresos Local y Federal.
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El especialista sostuvo que la deforestación es un problema ambiental gravísimo y crítico tanto en el Estado como en el país, con efectos devastadores: libera dióxido de carbono, degrada el suelo, afecta a las comunidades indígenas, genera inseguridad alimentaria y propicia la propagación de enfermedades.
La principal causa, recordó, es la actividad humana y el cambio de uso de suelo, atribuyendo gran parte de la problemática a los asentamientos menonitas, quienes realizan tala desmedida y emplean pesticidas y químicos dañinos para el manto freático, contaminando el agua.
“Hacen falta más inspecciones para que esta actividad ilegal disminuya. Es urgente implementar soluciones coordinadas por las instancias competentes”, enfatizó, agregando que deben elevarse las penas para castigar estas prácticas ecocidas que afectan al bienestar ambiental, la proliferación de semillas, y contribuyen a la pérdida de fauna y polinizadores.
Finalmente, Collí Díaz alertó que, de continuar la devastación, se vaticina una mayor fragmentación de hábitats, con la pérdida de millones de especies de flora y fauna, además de una grave escasez de agua.