Como marca la tradición, los pobladores ya preparan los muñecos de Año Viejo para quemar el 31 de diciembre a medianoche y que se lleve todo lo malo que vivieron este 2025, para empezar el 2026 con mejores oportunidades en sus vidas.
Atilano López Gómez, vecino de la colonia Pénjamo, dijo que cada año fabrica su muñeco de Año Viejo y lo coloca en la esquina de su casa para quemarlo acompañado de sus vecinos; el monigote está relleno de palomitas y cohetes para que al encenderlo explote.
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Comentó que para darle forma usa ropa vieja y la rellena con trapos y pirotecnia, con una inversión de alrededor de mil pesos entre varios pobladores que cooperan para comprar los explosivos. Señaló que como es costumbre, fabrican el muñeco y lo ponen uno o dos días antes del 31 de diciembre afuera de sus casas para que la gente lo vea y se divierta, pero al momento de quemarlo lo llevan a una esquina solitaria para evitar peligros o incendios.
Declaró que es una tradición generacional, aunque reconoció que ahora se hacen menos muñecos, lo que indica que se está perdiendo entre los jóvenes.
Por su parte, Carmen Moreno Guzmán, vecina de la colonia Banco de Piedra, dijo que también en su familia queman su Año Viejo, una tradición que se transmite de padres a hijos. Comentó que hay que tener cuidado al quemar el muñeco, ya que contiene pirotecnia; por ello lo colocan en un lugar aislado y siempre hay adultos vigilando para evitar que niños y jóvenes se acerquen.
Aseguró que, pese al riesgo, no dejan de hacerlo porque es una tradición familiar salir a medianoche para quemar la mala suerte y desear que el próximo año las cosas vayan mejor.