Campeche / Ciudad del Carmen

Cuestiona sacerdote de Carmen los rituales de “buena suerte” en las celebraciones de fin de año

Advierte sacerdote de Ciudad del Carmen que los rituales de Año Nuevo no forman parte de la fe cristiana.

El presbítero José Verdejo criticó las supersticiones y llamó a celebrar con gratitud y propósitos de vida
El presbítero José Verdejo criticó las supersticiones y llamó a celebrar con gratitud y propósitos de vida / Por Esto!

El Año Nuevo es una celebración emotiva y significativa, pero también contradictoria, al pasar en cuestión de horas del recogimiento propio de la Navidad a festejos marcados por excesos y supersticiones que poco aportan al crecimiento personal y espiritual, señaló el presbítero José Francisco Verdejo Aguilera, titular del Decanato Carmen, quien reconoció que celebrar es algo bueno y necesario, ya que permite recordar aciertos, dejar atrás momentos difíciles y renovar la esperanza de comenzar de nuevo.

Advirtió que cada fin de año se multiplica la práctica de rituales supersticiosos, como comer lentejas, usar ropa interior de ciertos colores o realizar acciones simbólicas para “atraer la buena suerte”, prácticas que no forman parte de la fe cristiana.

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Desde una perspectiva pastoral, explicó que la fe no se basa en supersticiones, sino en propuestas que ayuden a vivir con mayor profundidad el cierre de un ciclo y el inicio de otro. En ese sentido, subrayó que el primer paso es dar gracias, haciendo memoria de las personas que han acompañado, apoyado o ayudado a lo largo del año, y expresar gratitud sincera a la familia y a quienes han sido parte del camino.

Indicó que también es importante establecer propósitos para el nuevo año, no solo metas materiales, sino decisiones de vida que permitan crecer como personas, fortalecer la esperanza y asumir compromisos más coherentes. A ello se suma la necesidad de evaluar el año que termina con una mirada de misericordia, reconociendo aprendizajes y procesos sin caer en la culpa o el autorreproche.

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El presbítero destacó, además, la importancia de dedicar un momento a quienes han fallecido, recordarlos con respeto y transformar la nostalgia en un impulso para vivir con mayor amor y sentido. Recordó que el 1 de enero la Iglesia celebra la Solemnidad de Santa María, Madre de Dios, por lo que invitó a iniciar el año con oración y participación en la Eucaristía.

Llamó a renovar o asumir algún apostolado y a vivir plenamente el tiempo litúrgico de la Navidad, que no concluye el 25 de diciembre, sino que se extiende con celebraciones como los Santos Inocentes, la Epifanía y el Bautismo del Señor. Señaló que, más allá de rituales y supersticiones, el inicio de un nuevo año debe ser una verdadera oportunidad de renovación interior y espiritual.