
Mientras los comerciantes de alimentos, en especial los de pescados y mariscos, reportaron un repunte del 100 por ciento en ventas, el 80 por ciento de los carniceros del mercado Alonso Felipe de Andrade cerraron sus locales debido a las bajas ventas que enfrentan desde que inició la Semana Santa. Esta misma situación se presentó entre otros locatarios, quienes también mantuvieron cerrados sus negocios por motivos religiosos durante el Viernes Santo.

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Desde temprano, cientos de personas se congregaron en el principal centro de abasto de la isla. Su ubicación privilegiada, frente al mar, con una espectacular vista donde se pueden ver delfines, lanchas y barcos, atrajo a familias locales y foráneas en busca de lugares para comer. Tanto los negocios del interior como del exterior del mercado permanecieron abarrotados durante la mañana y parte del mediodía.
Aunque algunos puestos de cochinita o comida corrida no abrieron debido a que sus dueños son fieles creyentes católicos, los que sí ofrecieron servicio lograron agotar su producto antes del mediodía, quedándose sin alimentos desde las 11:30 de la mañana.
Pescaderías, las más beneficiadas
Los comerciantes de pescados y mariscos confirmaron que han tenido ventas al 100 por ciento desde el inicio de la Semana Santa. Desde temprano, muchas amas de casa acudieron a comprar camarón, mojarras y filetes, cumpliendo con la tradición católica de no consumir carnes rojas durante estos días.
Para estos comerciantes, la Semana Santa representa uno de los mejores periodos del año en cuanto a ventas, aunque reconocen que la bonanza dura dos semanas y después su actividad desciende considerablemente. Por ello, afirmaron estar comprometidos en ofrecer productos frescos, de calidad y a precios competitivos.
Carniceros en crisis
En contraste, los comerciantes de carnes rojas se vieron gravemente afectados, y la mayoría optó por cerrar sus locales tanto el Jueves como el Viernes Santo. Solo entre seis y diez carniceros abrieron para entregar encargos, reportando una caída del 50 por ciento en ventas durante la semana mayor.
Cierres por religión
Además de los carniceros, algunos locatarios de artículos no esenciales también cerraron sus negocios, no por falta de clientela, sino por motivos religiosos. Para muchos católicos, el Viernes Santo es un día sagrado y de guardar en honor a Jesucristo, lo que explica la suspensión temporal de sus actividades comerciales.