
Las mujeres del sureste del país enfrentan grandes desafíos para incorporarse plenamente al ámbito laboral, no solo por la formación desde el hogar que las limita en términos de liderazgo, sino porque, incluso después de concluir sus estudios universitarios, el sistema favorece al género masculino en los puestos directivos, afirmó Josefina Martínez Chávez, coordinadora de Desarrollo Curricular de la Facultad de Ciencias de la Administración de la Universidad Autónoma de Chiapas (UNACH).
Durante su participación en el Segundo Congreso Nacional entre Mentoras y Mentees, realizado en la Universidad Autónoma del Carmen (UNACAR), Martínez Chávez, también integrante de la red de mentoras de la UNACH, explicó que, aunque en estados como Chiapas hay más mujeres que hombres en las aulas universitarias, la brecha en el acceso a cargos de liderazgo persiste
“Aunque somos más mujeres, la alta dirección sigue enfocada en los hombres. Tenemos que fomentar en nuestras estudiantes el espíritu de empoderamiento y que crean que pueden ser líderes en cualquier área”, afirmó.
Subrayó la importancia de fomentar espacios más allá de la tutoría académica, que impulsen el liderazgo femenino desde la etapa universitaria, y recordó que las estructuras sociales rígidas aún refuerzan roles tradicionales y provocan desigualdades salariales entre el sur y norte del país.
“En la zona sur, los salarios son menores por la falta de industrialización, pero también influyen factores socioculturales como el analfabetismo, la violencia estructural y hasta prácticas como el intercambio de niñas por terrenos o dotes”, denunció.
Finalmente, destacó que la colaboración entre universidades y gobiernos es vital para cerrar estas brechas de género: “La vinculación se está dando, pero se debe fomentar mucho más”, concluyó.