Mientras no se solucione al 100 por ciento la variación de voltaje en el suministro eléctrico en la Península de Atasta, los productores acuícolas continuarán enfrentando pérdidas, que van desde mojarras en tiempo de comercialización para consumo, hasta en miles de alevines que son vendidos a diferentes partes del país para otras granjas acuícolas, así lo advirtieron, Martín Frías Flores, propietario de la granja “La Lupita” y Alberto Ocaña Martínez, responsable de la granja acuícola “Emmanuel”, ambas ubicadas en la comunidad de Nuevo Progreso.
Tras llegar a Ciudad del Carmen con cerca de una tonelada de mojarra carpa, para venderla a bajo costo, Frías Flores comentó que la inestabilidad en el servicio de energía eléctrica, sumada a las constantes interrupciones, obliga a los acuicultores a utilizar plantas de emergencia que incrementan sus costos de operación y, en ocasiones, no evitan pérdidas de producto.
"Tenemos equipo de emergencia para no perder la mojarra, pero esas fallas constantes de la CFE nos pegan fuerte. Cada vez que se va la luz, tenemos que usar las plantas auxiliares para mantener la oxigenación", detalló Frías Flores.
Tan solo por cada siete horas sin energía, se invierten alrededor de mil pesos en combustible, y si la interrupción se prolonga a 12 horas, los gastos se duplican. Esto sin contar los riesgos que conlleva depender de equipos que también pueden fallar, como ocurrió en marzo, cuando la granja perdió aproximadamente 500 kilos de mojarra tras una falla total del sistema.
"En marzo fue crítico, metimos los equipos de emergencia, pero uno falló. Es algo que no deberíamos enfrentar si tuviéramos buen suministro. En los últimos tres meses ya no hemos tenido pérdidas, pero eso es porque le invertimos en combustible; ganamos menos, pero no perdemos la producción", señaló Frías Flores.
MERCADO EN EXPANSIÓN, PERO CON DESVENTAJAS
A pesar de las dificultades, la granja “La Lupita” continúa con una producción considerable. Actualmente cuentan con unos cinco mil kilos de mojarra disponibles para su comercialización, y debido al incremento de la oferta en mercados como Chiapas, han retomado la estrategia de venta directa en Ciudad del Carmen, a 85 pesos por kilogramo, para evitar que el producto se quede en inventario.
Frías Flores señaló que, aunque existe buena demanda, las condiciones en que trabajan los acuicultores son precarias debido a la falta de soluciones por parte de la Comisión Federal de Electricidad, lo que genera incertidumbre y desalienta la inversión en el sector.
LA CRÍA UN BUEN NEGOCIO PERO MUY RIESGOSO
Así como la granja La Lupita, a la Isla llegó Alberto Ocaña Martínez, responsable de la granja acuícola “Emmanuel”, quien denunció la pérdida de 300 mil alevines de mojarra debido a la falta de energía que impidió operar los sistemas de mantenimiento y oxigenación.
"No solo nos dedicamos a la engorda, también a la cría. Hace unas semanas perdimos un lote completo de 300 mil alevines. Sin energía no hay forma de mantenerlos vivos", lamentó el productor.
El trabajo de cría y engorda de mojarra requiere operación continua de equipos eléctricos para mantener la calidad del agua y garantizar la oxigenación en los estanques. Las interrupciones en el servicio eléctrico representan no solo una pérdida económica inmediata, sino un riesgo grave para la sustentabilidad del negocio.
A pesar de estos retos, Ocaña Martínez explicó que el segundo semestre del año representa su temporada más fuerte, con una alta demanda en distintos puntos del país. Sus principales clientes se encuentran en Raudales Malpaso, Chiapas, aunque también abastecen a productores en Playa del Carmen, Quintana Roo, y otras zonas del sureste mexicano.
"Esta actividad es muy buena cuando se dan las condiciones, pero no podemos seguir creciendo si la infraestructura eléctrica no mejora", puntualizó.