Cultura

Por qué las estrellas de Estados Unidos bailan en La Habana

Pedro de la Hoz

Al observar el cartel del 26 Festival Internacional de Ballet de La Habana Alicia Alonso, que comenzará este domingo 28 de octubre y se extenderá hasta el 6 de noviembre venidero, se aprecia la concurrencia de una abultada nómina de artistas procedentes de Estados Unidos.

Como se sabe, los vínculos entre los movimientos danzarios de la isla y el vecino del Norte tienen raíces históricas. La propia Alicia inició su carrera internacional hacia los planos estelares en escenarios estadounidenses. Uno de los hitos que el evento conmemora, el aniversario 75 de su primera Giselle tuvo lugar en la Metropolitan Opera House, de Nueva York, con el elenco del American Ballet Theater. Otro acontecimiento a celebrar es la fundación hace 70 años del Ballet Alicia Alonso, génesis del Ballet Nacional de Cuba, en cuya primera etapa colaboraron Melissa Hayden, Barbara Fallis y Royes Fernández, y los directores de orquesta Max Goberman y Ben Steinberg, todos de EE. UU.

Desde su cuarta edición, en 1974 el Festival siempre ha contado con bailarines, coreógrafos y críticos de Estados Unidos, entre ellos los elencos completos del American Ballet Theatre (ABT), el Ballet de Washington y un conjunto de primeros solistas del New York City Ballet.

Cada vez que la compañía cubana se presenta en ciudades norteamericanas, el público y la crítica aplauden y valoran sus puestas en escena, lo cual sucede desde el retorno triunfal de Alicia a EE. UU. en 1975, luego de un paréntesis mediado por la no concesión de visados a artistas de la isla, en correspondencia con la política hostil de las administraciones de aquel país contra Cuba.

Esta política, flexibilizada por el presidente Barack Obama en su segundo mandato, se ha recrudecido con el gobierno de Donald Trump. El deterioro de las relaciones entre ambas naciones se ha acentuado en los últimos dos años con acciones como la retirada de personal diplomático de Washington en La Habana, la circulación de falsas noticias sobre supuestos ataques sónicos contra el personal de la embajada de Estados Unidos en la capital cubana, la recurrencia de una retórica anticubana en todos los ámbitos posibles, y la intensificación de la persecución permanente a las transacciones financieras cubanas.

Otro efecto negativo del arreciamiento de la agresión de la Casa Blanca contra Cuba se tiene en la disminución de la cifra de viajeros norteamericanos que cayó en el primer semestre de 2018 en un 23.6 por ciento respecto del mismo período de 2017 debido, entre otros factores, a las nuevas restricciones impuestas a los viajes individuales.

Ante tales evidencias, la actitud de un grupo de artistas norteamericanos de participar en el Festival de Ballet de La Habana merece reconocimiento. Ellos reafirman una idea que muchos comparten: la necesidad de que sea posible la convivencia y el intercambio cultural entre dos pueblos cercanos.

Primeras figuras del ABT bailarán en teatros cubanos: Hee Seo, Isabella Boylston, Alban Lendorf y Cory Stearns, un cuarteto de lo más selecto de esa compañía.

Una decena de bailarines del colectivo Stars of American Ballet, encabezado por Daniel Ulbricht, del Ballet de la Ciudad de Nueva York, asumirán la función del lunes 29 en el teatro Mella. Ellos son Teresa Reichlen, Ask la Cour, Sterling Hyltin, Adrian Danchig Waring, Joseph Gatti, Danielle Diniz, Indiana Woodward, Antonina Skobina, Denys Drozdyuk y Gonzalo García. El agrupamiento responde a una iniciativa que cada año lleva a diversas localidades norteamericanas, donde no existen compañías profesionales de danza clásica, obras emblemáticas del repertorio universal.

La voluntad de esos artistas es un mensaje que debían tener en cuenta quienes obstaculizan la normalización de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos.