Cultura

Ecos de mi tierra

Luis Carlos Coto Mederos

Introducción

Breve historia de la Décima

Un músico, poeta y sacerdote malagueño de nombre Vicente Espinel publicó en 1591 su libro titulado “Diversas Rimas”, compendio de las diferentes fórmulas de la Copla Real Española. Dentro de ellas una fórmula nueva: la de los consabidos diez versos octosilábicos, pero, con rima consonante fija -abbaaccddc-, y pausa obligatoria al final del cuarto verso.

Nacía así la Décima o Espinela tal como ha llegado a nuestros días.

Explicada de otro modo una Décima está compuesta por dos Redondillas engarzadas por un puente central de dos versos, que riman uno con el último verso de la primera estrofa y el otro con el primer verso de la segunda.

El octosílabo que es la medida básica de los grupos fónicos de nuestro idioma, junto a la pausa obligatoria al terminar el cuarto verso, la hacen perfectamente cantable en disimiles tonadas que ha ido creando y enriqueciendo la imaginación de los artistas populares campesinos.

La novedad no tardó en llegar a América como acompañante de los viajeros que desde la Madre Patria se aventuraban hacia el Nuevo Continente. La Habana, Veracruz, Maracaibo, Cartagena de Indias… la reciben con los brazos abiertos. Llegó para quedarse.

En Cuba se enraizó fácilmente ya que nuestros pobladores tenían asimilado el patrimonio melódico español allegado con la conquista. Algunas décadas después blancos, negros y mestizos se servían de ella y de su ductilidad para encaminar sus sentimientos, su patriotismo y sus más diversas necesidades espirituales. La Décima, mientras, iba tornándose definitivamente cubana.

Fue el genial Jesús Orta Ruiz, nuestro Indio Naborí, quien supo definirla mejor:

Viajera peninsular, (a)

¡Cómo te has aplatanado! (b)

¡Qué sinsonte enamorado (b)

te dio cita en el palmar? (a)

Dejaste viña y pomar (a)

soñando caña y café, (c)

y tu alma española fue (c)

canción de arado y guataca (d)

cuando al vaivén de una hamaca (d)

te diste a “El Cucalambé”. (c)

 

1Lo que dice un guajiro

Ese imperio rubicundo

que –pulpo de nuestros días–

apoya las tiranías

y las derechas del mundo;

causa del dolor profundo

que a los pueblos azotó,

el mismo que nos robó minerales y cosechas,

pudiera hablar de Derechas,

pero de Derechos no.

Jesús Orta Ruiz

(El Indio Naborí)

2Visita a La Habana

Vi en La Habana a una criatura

Flaquita, que por relleno

se colocaba en el seno

dos chirimoyas maduras.

Luego allá en Monte y Figuras

fuimos a un baile de son

y en el primer apretón

que hube de darle bailando

los dos salimos regando

champola por el salón.

Chanito Isidrón

3El pesista

Yo fui pesista una vez

y probé mis buenas fibras

con dos pesas de a cien libras

y un hierro de a ciento diez.

Pero el tiempo fue después

gastando mis fortalezas,

y ahora contemplo las piezas

de entrenar con desencanto,

porque estoy que no levanto

el hierro ni sin las pesas.

Ramón Espinosa.

4Modelo de secretaria

Mi secretaria María

no usaba comas ni puntos,

yo dictaba los asuntos

y ella me los escribía.

Recuerdo que cierto día

escribió Remos por Ramos,

confundió trinos con tramos,

Petra Pons con piedra pómez;

yo le dije Lucas Gómez

y ella escribió Laca Gamos.

Jesús Orta Ruiz

(El Indio Naborí)

5Mi mujer

Del corazón se enfermó

mi mujer, allá en La Habana,

y el médico una mañana

a registrarla empezó.

El vestido le quitó,

saya, blúmer y refajo,

y yo al ver ese relajo

la dije: “No me conviene,

qué va, mi mujer no tiene

el corazón tan abajo”.

Chanito Isidrón