Conrado Roche Reyes
Un buen padre
Con el nacimiento de un bebé lo único y más primordial que se cuestiona uno es si está bien de salud. Tal fue el caso de María, mi nieta más pequeña. Ciertamente todo fue perfecto en ella con una calificación de 9.7, cuánta felicidad y tranquilidad al recibir esa noticia… hasta que cerca de los 9 meses, comenzamos a notar que tenía predilección por pararse de puntitas, hecho que causaba mucha curiosidad entre las personas, pues literalmente parecía una bailarina de ballet.
Pasaron los meses y esta condición no parecía cambiar, por lo cual se acudió a especialistas, quienes dieron el diagnóstico de pie equino idiopático o dinámico. La buena noticia fue que es una niña neurológicamente sana, la mala fue que tendría que ser sometida a terapias y una operación. motivo por el cual me encomendé a Dios, quien no se opone a que haya adversidades en nuestra vida.
- Estas forman parte del plan que Dios tiene para nosotros y su propósito es enseñarnos a crecer y desarrollarnos como hijos de El.
-Sin adversidades no aprenderíamos a ser vencedores, a sobreponernos, a luchar y ganar.
-En medio de ellas, la fe en Dios es fortalecida y somos impulsados a acercarnos más a Él.
-Las adversidades no son en sí realmente un problema.
-El problema radica en la actitud que tomemos frente a ellas.
-Si aprendemos a ver las adversidades con los ojos de Dios no nos desesperaremos, sino que las enfrentaremos con confianza y seguridad y saldremos avantes.
- Las adversidades son una oportunidad para acercarnos a Dios y aprender a confiar en su fidelidad. Y nos pone pruebas en ocasiones muy duras.
Soportando las pruebas: Las pruebas provienen de Dios y son como los exámenes del maestro al alumno evaluando la confianza en su palabra y en su persona. No durará más allá de lo que Dios sabe que puedes soportar. Soportar y salir aprobado de las pruebas producen bendiciones. Otras son la paciencia, la fe y la esperanza.
Entonces se le llevó al centro de rehabilitacion Teletón, donde ha sido sometida a terapias amorosas, así como a una operación hoy, de la que salió bien. Por este motivo, me encuentro inmensamente feliz y con mi fe más fortalecida que nunca agradeciendo a la vida por tan maravillosa noticia, y por la oportunidad de estar a su lado durante su convalecencia y verla muy feliz.
Pido a mis lectores disculpas por lo corto del texto, pero ello se debe a la tan grande emoción que me gana.