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Cultura

Korpus Angelikus

Fernando Muñoz Castillo

II

Imagen Nº 2

Un amo vestido de cuero negro y reluciente juega erótica y malévolamente con un ángel. Después de una suerte de caricias, golpes y sometimientos lo encadena como a Prometeo. Acto seguido, el amo se pone unas diabólicas alas y asciende mientras desenfunda una verga no circuncidada, de 1.50 metros, monstruosa por lo exagerado de las venas y arterias, para premiarlo con una lluvia dorada en forma de confeti. Mientras esto sucede tres chichifos encarnados en arpías le devoran el sexo.

(Oscuro entre rayos, truenos y relámpagos).

Intermedio

Cargada en andas por seis hermosos ángeles, una Dolorosa –lágrimas cristalinas caen de sus ojos, sus manos enguantadas sostienen el corazón claveteado de dagas damasquinas enjoyadas y relucientes–, en silencio cruza el escenario. Sostenidos en el aire diablos vestidos de colores chillantes como clowns de feria realizan obscenidades. Del piso emergen otros diablos igualmente vestidos con colores chillantes que hacen las mismas obscenidades, solo que a destiempo de los diablos que se sostienen en el aire. Los ángeles no se inmutan ante los demonios. Al llegar al centro del escenario, con actitud seria y estoica bajan a la Dolorosa.

El silencio es roto por una grotesca voz de hombre.

Voz en off.- ¡A trabajar, puta!

Los ángeles arrancan la capa que cubre a la Dolorosa para dejar ver su cuerpo vestido por un exótico y reluciente traje de rumbera. Ellos se quitan las batas blancas y quedan en hermosas tangas rebordadas en lentejuelas. Estalla música. Mambo: La niña popoff. Los diablos chillan como gatos y huyen horrorizados.

Imagen Nº 3

Un ángel de alas raídas y ralas se baña en el estiércol que mana del enorme culo de una vaca que menea la cola y suena el cencerro. Fondo musical: La vaca lechera.

(Oscuro entre rayos, truenos y relámpagos).

Imagen Nº 4

Un ángel desnudo lleno de aparatos ortopédicos, con el cuerpo cubierto de polvo azul (como deidad hindú), camina dificultosamente entre reses destazadas, abriéndose paso para llegar a un efebo en postura inmóvil, cuyo cuerpo está cubierto por una tela brillosa. Cuando el joven con aparatos ortopédicos se encuentra frente al efebo, jala la tela como si develara una estatua. El efebo es un centauro, cuya enorme verga erecta escupe tal cantidad de semen que ahoga al joven. El efebo le arranca las alas despiadadamente. Fondo musical: Indagada la vida o Las bailarinas desnudas del Corfú.

Imagen Nº 5

(En cinco cuadros).

Cuadro 1

Cuando un hombre ama a otro hombre no puede pensar en nadie más.

El calor le acelera el pulso y siempre tiene la bragueta abierta para que él meta la mano.

Cuando un hombre desea a otro hombre, el universo luminoso se apaga si no puede acariciar sus labios y sus hombros.

Guerreros en combate solitario que perfuman sus cuerpos con el sudor del otro.

Nada tan sencillo como esto:

¡Cuando un hombre ama a otro hombre se realiza un acto de virilidad!

Continuará.

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