Luis Carlos Coto Mederos
Nicolás Guillén
II
650
A Colombia
¡Oh Colombia prisionera,
orquídea puesta en un vaso,
trino a trino, paso a paso
te alcanza la primavera!
Con guadaña de luz fiera
la muerte el pecho te daña,
mas, aunque con su guadaña
te daña el pecho la muerte,
pura te alzas, madre fuerte,
de la sangre que te baña.
Las aguas del Magdalena
revueltas al mar bajando,
van, Colombia, publicando
cómo es de amarga tu pena.
En la gran noche serena
te retuerces y suspiras,
mas, aunque rajada miras
a puñal tu carne dura,
te alzas fuerte, madre pura,
del infierno en que deliras.
La fina frente arrogante
al yugo te unció el verdugo;
resplandece bajo el yugo
tu frente como un diamante.
Con aletear incesante
crueles te rondan las horas,
mas, aunque triste demoras
puliendo una roca viva,
fiera te alzas, madre altiva,
de la cárcel en que lloras.
Desde la aurora que arde
bajo un sol de hambrienta llama,
hasta donde el Tequendama
llena de sueños la tarde,
un mismo buitre cobarde
multiplica el sucio vuelo,
mas, aunque nocturno velo
tu faz cubra todavía,
bella te alzas, madre mía,
entre los Andes y el cielo.
Rompe valladar y muro
tu furor no detenido
y es un torrente encendido
sobre el matorral oscuro.
Del pueblo el ímpetu puro
la aurora prende en tu ocaso;
trino a trino, paso a paso
te alcanza la primavera…
¡Oh Colombia prisionera,
orquídea puesta en un vaso!
651
De Son venezolano
-Zamora, véngase acá,
tráigase sus huesos juntos,
y dejando a los difuntos
camine y despierte ya.
Aquí este bojote está
muy parecido al sesenta:
el que puede se calienta,
el que no se pone a enfriar,
y a la hora de contar
todos enredan la cuenta.
-Ando a pie, bebo parado,
me buscan cuando hago falta,
y mi cobija es tan alta
que duermo sobre ella echado.
Este es mi canto cerrado,
que en vez de cantar recito;
ahora lo digo pasito,
porque es cosa suya y mía,
pero así que llegue el día,
en vez de cantar, ¡lo grito!