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Casa del Atlante, reprobada

Por Martín Chi

 

El aforo y las malas condiciones en las que se encuentra el estadio Andrés Quintana Roo fueron algunos de los motivos por los cuales los Potros de Hierro del Atlante perdieron la certificación y después de algunos meses de la notificación de parte de la liga, la directiva no ha puesto atención en esos detalles que le impiden al equipo aspirar a la máxima categoría del futbol mexicano.

El estadio Andrés Quintana Roo donde el Atlante jugará este domingo a las 20:00 horas, el partido de vuelta de la semifinal de la Apertura 2018, del Ascenso MX contra el Atlético San Luis, se encuentra visiblemente en malas condiciones, puesto que entre otros detalles luce una pista en deplorable situación.

Hay que recordar que de acuerdo al reglamento de competencia, el Atlante perdió la certificación, ya que el estadio Andrés Quintana Roo no cumple con el aforo de los 20 mil espectadores, pues solo cuenta con capacidad para 17 mil 289 aficionados.

Además, la certificación depende especialmente con lo relacionado con la infraestructura, la información y documentación financiera, sobre todo lo relacionado al origen y transparencia de los recursos y su estabilidad económica, así como la obligación de participar desde su primera temporada en los torneos de las categorías inferiores y la femenil.

El Atlante reprobó una de las asignaturas más importantes del cuaderno de cargos y es que el estadio no es óptimo para la Liga MX, por lo que en caso de ser campeón no tendrá derecho de ascenso.

Las instalaciones de la casa del Potro dejan mucho qué desear en un destino turístico de primer nivel como es Cancún, el principal generador de divisas por  turismo en nuestro país, inclusive causa mala imagen debido a las pésimas condiciones en las que se encuentra la pista.

El club Atlante, llegó a Cancún en 2007 y desde su arribo recibió millones de pesos en apoyos para su permanencia y para que resultara más placentera su estancia, se reconstruyó el estadio con aforo para albergar a casi 18 mil espectadores.

El cupo original del estadio olímpico era de 3 mil personas y tenía como actividad principal la práctica del atletismo, pero tras la llegada del equipo todo cambió, pues ni si quiera se permitió el ingreso de los atletas cancunenses para seguir usando la pista.

El estadio se construyó con una inversión que superó cualquier expectativa, ya que alcanzó los 42 millones de pesos, sólo por parte del gobierno quintanarroense y el inmueble quedó listo para el torneo Apertura 2007.

De ese año a la fecha, las autoridades locales también han perdonado al club todo tipo de pagos de agua potable y energía eléctrica que genera el estadio. Esos cargos los sigue absorbiendo el Ayuntamiento de Benito Juárez, propietario del inmueble ubicado en la Supermanzana 21.

En junio de 2017, el gobierno estatal y municipal firmó un nuevo acuerdo de apoyo con los Potros de Hierro del Atlante, sin embargo, ni así la directiva ha buscado los recursos para dar mantenimiento al estadio.

La Secretaría de Finanzas y Planeación signó un convenio por 5 millones de pesos mensuales (60 millones de pesos al año) con el club azulgrana a cambio de abrir escuelas de futbol de formación en el estado, algo que tampoco se ha concretado.

El gobierno municipal, por su parte mantuvo el convenio de apoyo al equipo, otorgando por sede el estadio Andrés Quintana Roo, con el pago de los respectivos gastos para su operación y mantenimiento.

Mientras tanto, las instalaciones del estadio se siguen deteriorando, ya que ni la directiva y tampoco las autoridades competentes se han encargado de resolver el problema que abonaría un punto a favor del club en sus aspiraciones por recuperar la certificación.

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