Marco Antonio Sánchez Solís
Adolorido por la revolcada, pero aún emocionado de la reacción del público que se le brindó, el matador tlaxcalteca Uriel Moreno “El Zapata” seguirá en tierras yucatecas unos días más.
El diestro, quien fue “levantado” por su segundo astado en la corrida de aniversario de la Plaza de Toros “Mérida”, comentó que fue una tarde inolvidable para él, por la reacción de la afición y demostrar su tauromaquia.
“Aporreado, estoy todo aporreado, con un collarín, pero gracias a Dios sólo fue un esquince cervical, no fue nada mayor, estoy muy contento por la entrega que mostró la gente”, habló en exclusiva para el POR ESTO! el diestro tlaxcalteca.
Durante la corrida del 91 aniversario del Coso de Reforma, “El Zapata” recibió fue cogido por el toro, que no lo alcanzó a cornear pero si a revolcar, cuando trató de poner el primer par de banderillas tipo “Monumental”, un forma que el creo donde las pone de espalda tipo “violín”.
“Es la cosa más bonita, esa entrega de la gente, he platicado con muchos aficionados antiguos, que han visto a muchos toreros en la Mérida y me dicen, ‘matador, tenía muchos años que no veo esa entrega de la gente, como en aquella época’, para mí ese comentario es un halago”.
Al sufrir el percance, la afición que se dio cita en los tendidos, que lucieron llenos, comenzó a pedirle al diestro que ya no pusiera más banderillas, al darse cuenta de lo maltratado que estaba, sintiendo identificado con él.
“Eso es la más bonito, cuando un torero es sentido como parte tuya, eso no se cambia por nada, eso me han hecho sentir y la verdad se siente muy bonito, sobre todo porque Mérida ha sido muy importante en mi vida, y todas esas tardes de entrega que han sido una tras otra el Zapata, su tauromaquia siempre ha sido así, y eso lo tiene todavía vigente, es el de ser un torero honesto y dar siempre el cien en todos los aspectos, la gente se da cuenta y lo agradece”.
El momento
Recordando el momento del percance, el tlaxcalteca dijo que en ese par de banderillas se le da todas las ventajas al toro, por lo que el matador queda desprotegido si el movimiento del astado es de cierta forma.
“Cuando va llegando el toro también puede decidir de que pitón te enviste, cuando se fue acercando hacia mi puso el pitón derecho, y ese es el lado que tengo mi salida, entonces, cuando yo hice el giro y me lo tope de frente ya me tenía ganado metro y medio, por más que hice por salir ya no pude quitarme”.
Recordó que a pesar de que esa forma de banderillar, a la que le llama “Monumental”, es muy arriesgado, ésta es la primera vez que le agarran después de ponerlo, ya le habían pasado cerca, hasta un ves hace un par de semanas que le quitaron el fajín, pero nunca lo habían agarrado.
“Sin duda lo volveré a hacer, es parte de mi tauromaquia, yo feliz de demostrar lo que quiero, además la gente se emociona y le gusta”.
A la pregunta de qué le pasó por su mente después de ser envestido por el toro, “El Zapata” contestó, “creo que cada uno de nosotros tenemos nuestra personalidad, nuestro ideal de vida, créeme que esto que sucedió en Mérida, que es una plaza de primera, hubiera sucedido en cualquier otra yo hubiera reaccionado de la misma manera, igual, siempre tirando para adelante y con ánimos de cumplir”.
Humildad
Con gran humildad y los pies en el piso, el diestro reconoció que la faena no era de orejas, ya que a pesar de ser muy intensa, el toro se fue apagando, además de que no estuvo bien con la espada.
“Realmente no era de apéndice, porque lo pinché, el toro terminó muy tronquito, se desgastó muy pronto, aunque fue muy intenso, los pocos muletazos que le pegue fueron de gran calidad.
“Desgraciadamente lo pinché cuando fui a matarlo y después el bajonazo, eso fue sin querer, la espada se me fue abajo, pero jamás fue mi intención meterla así, ahí cayó la espada”.
“Estaba un poco ‘droguis’ por el golpe, si era oreja o no, no lo sé, la primera oreja la marca el público, eso dicta el reglamento, y la gente estaba toda de acuerdo en darla, la segunda ya es a criterio del juez”.
“Pero lejos de eso, yo me voy a casa con la alegría de poder seguir mostrando mi tauromaquia y emocionando a la gente, me voy más que feliz y contento, seguro que la gente que asistió por primera vez a la plaza regresarán después de ver un espectáculo como el que hubo, no sólo del Zapata, también el de Andy Cartagena que estuvo enorme llevándose 2 orejas, el otro igual que Leo Valadez”.
Por ahora, Uriel seguirá en Mérida, recuperándose de sus heridas y esperando el fin de semana para estar en Valladolid, donde partirá plaza.
“El domingo torearé en Valladolid, de por si me iba a quedar acá, hoy (ayer) fue un día de relax, mañana (hoy) según como amanezca veré que hacer, pero quiero hacer un poco de campo bravo, acá hay muchas ganaderías buenas”.
“Y esperar el cartel del día 5 en la México espero estar en el cartel, mientras tanto acá estaré preparándome esta semana”, concluyó.